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Venezuela: opositores dicen que ya hay 16 muertos por elección de la Asamblea Constituyente

“Estamos seguros que muchos de esos actos violentos, hemos contabilizado más de 100 máquinas que han destruido, gente disociada, desesperada, violenta, es alentada por factores políticos”, aseguró el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, al llamar a votar.

(JUAN BARRETO/AFP)

Dos adolescentes de 17 y 13 años murieron producto de heridas por armas de fuego durante las protestas en el estado venezolano de Táchira, fronterizo con Colombia, y se elevan a ocho las víctimas mortales durante la jornada de manifestaciones de hoy contra las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente.

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El Ministerio Público (MP) informó en Twitter que la Fiscalía 22º de Táchira investigará las muertes. Asimismo explicó que el joven de 17 años murió en la localidad de Tucapé, mientras que el adolescente de 13 años falleció en Capacho Viejo.

Hasta el momento la Fiscalía no ha ofrecido más detalles de estos fallecimientos ni de los posibles responsables de estos hechos.

No obstante, el líder opositor Henrique Capriles asegura que a cifra de muertos es de 16. Según un mensaje que envió por Twitter, pidió que «se bajen las armas» y añadió que «este es uno de los días más oscuros de nuestra historia».

Este domingo se celebran las elecciones de quienes redactarán una nueva Carta Magna en Venezuela a través de la Constituyente, a pesar de que la oposición, la Iglesia católica y el chavismo crítico han pedido retirar la iniciativa, al igual que varios países del mundo.

La oposición, por su parte, se ha mantenido desde la madrugada de hoy en las calles intentando evitar estas elecciones que catalogan de «fraude», y durante esta jornada se han registrado choques entre los manifestantes y las fuerzas del orden en varias ciudades del país.

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La muerte de estos adolescentes eleva a 117 la cifra oficial de fallecidos durante las manifestaciones que desde hace casi cuatro meses sacuden a la nación caribeña.

Custodiados por militares, los centros electorales abrieron a las 06:00 horas locales (misma hora en Chile) para elegir a 545 asambleístas de un suprapoder que regirá al país por tiempo indefinido.

«Estamos seguros que muchos de esos actos violentos, hemos contabilizado más de 100 máquinas que han destruido, gente disociada, desesperada, violenta, es alentada por factores políticos», aseguró el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, al llamar a votar.

La presidente del poder electoral, Tibisay Lucena, aseguró que «solo hubo focos de problemas en dos estados del país» y en algunas zonas de Caracas, pero que eso no impedía que la gente votara.

La Mesa de la Unidad democrática (MUD), que llamó a protestar aunque el gobierno amenazó con apresar a quienes afecten la votación, se marginó de la Constituyente alegando que no fue convocada en un referendo previo y que su sistema comicial fue diseñado para que el gobierno la controle y redacte una Carta Magna que instaure una dictadura comunista.

«¿Votar por la paz en la guerra?»

El mandatario sacó adelante su proyecto de modificar la Carta Magna pese a las marchas, huelgas y bloqueos de la oposición, y la presión de Estados Unidos, y gobiernos de Latinoamérica y Europa.

Vestido con camisa roja, Maduro fue el primero en depositar lo que llamó un «voto por la paz» en un colegio de Caracas, adonde acudió con su esposa Cilia Flores.

«Ha querido el emperador Donald Trump prohibirle al pueblo ejercer el derecho al voto (…) y yo dije: llueva, truene o relampaguee habrá elecciones», afirmó Maduro, quien curiosamente tuvo un inconveniente en el momento de votar con su carnet para programas sociales, que no fue reconocido por el lector de verificación.

El gobierno de Trump sancionó a 13 funcionarios y militares cercanos a Maduro, entre ellos a Lucena, acusados de quebrar la democracia, violación de derechos humanos o corrupción.

Colombia, Panamá y Perú anunciaron que desconocerán la Constituyente, y Washington amenazó con más sanciones. «La dictadura se está autoaislando», aseguró el diputado opositor Freddy Guevara.

Maduro acusa a la oposición de intentar un golpe de Estado con apoyo de Washington y «gobierno lacayos».

Dirigentes del gobierno amenazaron que una vez instalada la Constituyente, el 2 de agosto, enviará a varios a prisión y podrá desmantelar al Parlamento de mayoría opositora y ocuparse de la fiscal general Luisa Ortega, cchavista que denunció un quiebre de la democracia.

Sin embargo, la excanciller Delcy Rodríguez aseveró a la AFP que la Constituyente «no es para aniquilar al adversario, es para el reconocimiento, la convivencia y el diálogo».

«Fraude constituyente»

Maduro y su Constituyente cuentan con apoyo de los poderes judicial, electoral y militar. Pero asfixiados por la escasez de alimentos y medicinas, y una brutal inflación, más de un 80% de venezolanos rechaza su gestión y un 72% su proyecto, según la encuestadora Datanálisis.

«El gobierno pretende vender el fraude constituyente como una solución a los problemas, que ellos han agravado», aseguró el líder Henrique Capriles.

Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, señaló que la Constituyente «no fue convocada para resolver los problemas del país sino el de una revolución: No puede ganar elecciones».

Según el analista Benigno Alarcón, el gobierno busca evitar una alta abstención que reste legitimidad a la Constituyente, tras los 7,6 millones de votos que la MUD asegura logró en su plebiscito simbólico de hace dos semanas contra esa iniciativa.

Debido al método de elección, que combina sufragio por territorios y sectores sociales, 62% de los 19,8 millones de electores podrán votar dos veces.

Todo ello dificulta el cálculo de participación, según el experto electoral Eugenio Martínez. Hasta el momento no se sabe si lo que anunciará el CNE al final de la jornada serán votos o votantes.

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