Cristiano Ronaldo salió del Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón (Madrid), tras una hora y media de declaración como investigado por una denuncia de la Fiscalía por un supuesto fraude fiscal de 14,7 millones de euros.
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El portugués entró al juzgado en coche poco antes de las 11.00 horas (de España), comenzó a declarar a las 11.30 y concluyó una hora y media después, en una declaración ante la jueza Mónica Gómez Ferrer en la que no requirió intérprete, donde estuvo presente la Fiscalía, el abogado del Estado y su propio letrado.
Ronaldo ingresó al juzgado a través del garaje del edificio de oficinas donde está situado, por lo que evitó a los doscientos periodistas y las cuarenta cámaras de televisión que le esperaban en la puerta principal.
El luso también salió por el garaje, pese a que se había dispuesto por parte de la agencia de comunicación del jugador un estrado para que pudiera hacer una declaración ante los periodistas.
Tras su salida, el director de la empresa que gestiona su comunicación dijo desde el estrado que el jugador se había marchado y aclaró que no haría declaraciones, pese a lo que se había acordado anteriormente, lo que provocó algunos abucheos de los presentes.
La Fiscalía acusa a Ronaldo de crear una estructura societaria para defraudar 14,7 millones de euros de forma «consciente» y «voluntaria», y le imputa cuatro delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2011 y 2014, que suponen un fraude de 14,7 millones.
En el escrito enviado a los Juzgados de Instrucción de Pozuelo de Alarcón, el Ministerio Público lo acusa de cuatro delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2011 y 2014 y que suponen un fraude tributario de 14.768.897 euros. Las cuotas supuestamente defraudadas son de 1,39 millones en 2011, 1,66 en 2012, 3,20 en 2013 y de 8,5 en 2014.