En prisión preventiva en el anexo capitán Yáber deberá continuar el dueño de los casinos clandestinos que operaban en Santiago y Las Condes, Ashraf Kanaan Kanaan.
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Ello, luego que el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago desestimara los argumentos de su defensa y rechazara sustituir la máxima de las cautelares por una de menor intensidad.
Según estableció el tribunal, se encuentra justificada la existencia de los delitos y hay antecedentes suficientes que dan cuenta de una infracción a la normativa del Código Tributario.
Asimismo, estimó que no han variado las circunstancias que se tuvieron a la vista al momento de decretarse la prisión preventiva, recalcando que la libertad del imputado representa un peligro para la seguridad de la sociedad.
Por último, estableció que los locales de Kanaan efectivamente son casinos pues se realizaban juegos de azar, rechazando así los fundamentos del defensor Jaime Silva que apuntaban a descartar que se tratara de este tipo de negocios.
Tras conocer el fallo, el abogado querellante Diego Becerra -del estudio Manríquez, Benavides y Asociados-, en representación de la Asociación Chilena de Casinos de Juegos, aseguró estar satisfecho con la resolución del tribunal pues la única medida precautoria acorde a la gravedad de los delitos y los montos comprometidos, es la prisión preventiva.
De acuerdo a las pesquisas que lleva adelante el fiscal oriente Roberto Contreras, Kanaan sería el líder de la organización criminal que actuó de manera concertada con otras cuatro personas, entre ellas su mujer Valeria Carrasco (27), para poder operar de manera ilegal en la capital.
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Actualmente en la causa hay otros tres coimputados en prisión preventiva y otras 18 personas sometidas a medidas cautelares de menor intensidad.
El caso se inició en 2014 tras la querella presentada por el abogado Juan Carlos Manríquez, en representación de la Asociación Chilena de Casinos de Juegos.
Según los antecedentes expuestos por el Ministerio Público en la audiencia de formalización en junio pasado, Kanaan habría creado una organización jerárquica compuesta por su esposa, Claudio Sandoval, Adolfo Pineda, Miguel Cumsille y Juan Manuel Orellana, quienes tenían a cargo la administración de las diferentes sedes.
Asimismo, detalló que las ganancias generadas en el inmueble de La Pastora, en la comuna de Las Condes, permitieron la creación de otros dos casinos clandestinos en la comuna de Santiago, y prontamente, de acuerdo a la investigación, la organización pretendía instalar un nuevo local en Vitacura, específicamente en calle Espoz.
Ello, porque en base a las conversaciones de los propios imputados obtenidas a lo largo de las pesquisas, cada casa de juego le embolsaba cerca de $25 millones al mes.
