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Así fue la rebelión militar contra Maduro en el fuerte Paramacay en el norte de Venezuela

Versiones dispares rodean el asalto en la base militar del estado de Carabobo, en el norte de Venezuela, mientras que el portavoz de los rebeldes asegura estar acompañado de oficiales, tropas activas y en reserva, desde el chavismo niegan que sea una rebelión en las Fuerzas Armadas.

(RONALDO SCHEMIDT/AFP)

Los venezolanos despertaron el domingo en medio de la convulsión que significó el asalto a la base militar en el estado de Carabobo, 180 km al oeste de Caracas, que dejó dos muertos y diez detenidos, en la madrugada de ayer.

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Un grupo de alrededor de 20 hombres irrumpió en la base de la 41 brigada blindada en el fuerte Paramacay a eso de las 5:00 hora local y se dirigió al parque de armas, de donde sustrajeron material bélico. Enfrentamientos y detonaciones se registraron en el lugar en medio de la operación.

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Los rebeldes fueron enfrentados por personal militar del mismo destacamento de acuerdo a versiones oficiales. Hubo «combates» durante unas tres horas, tras los cuales los militares «hicieron huir a los atacantes» restantes, que están siendo buscados, señaló el presidente Nicolás Maduro.

La operación dejó un saldo de dos víctimas fatales, dos personas que fallecieron en un hospital luego de ser heridos en la base militar, y diez detenidos entre los que estaría un teniente desertor.

Tras el incidente, decenas de personas levantaron barricadas en las cercanías de esa ciudad, donde pusieron troncos de árboles y quemaron basura, desatándose choques con militares de la Guardia Nacional que las dispersaron con gases lacrimógenos y perdigones.

El asalto al Fuerte Paramacay ocurre tras la instalación el viernes pasado de la Asamblea Nacional Constituyente, impulsada por el chavismo gobernante para que cambie la Carta Magna y reordene, con la obediencia de todos los poderes constituidos, la estructura del Estado venezolano.

Versiones dispares

La ofensiva fue reivindicada en un video difundido en redes sociales y a través de diferentes medio de comunicación, donde el portavoz rebelde se identificaba como el «capitán Juan Caguaripano» que decía ser «comandante de la operación David Carabobo», un ex militar de la Guardia Nacional Bolivariana en busca y captura por rebelión y traición desde hace tres años.

Caguaripano decía estar acompañado de oficiales, tropas activas y en reserva de «todos los componentes» de las Fuerzas Armadas y de policías dispuestos a devolver «la libertad» a Venezuela.

Aclaramos que esto no es un golpe de Estado, esta es una acción cívica y militar para restablecer el orden constitucional», Juan Caguaripano

«Nos declaramos en legítima rebeldía (…) para desconocer la tiranía asesina de Nicolás Maduro. Aclaramos que esto no es un golpe de Estado, esta es una acción cívica y militar para restablecer el orden constitucional», afirma el hombre junto a unas 15 personas vestidas de camuflaje, algunas armadas.

militares venezuela (HO/AFP)

Por otro lado, desde el chavismo se le restaba importancia al evento. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, aseguró que no fue «más que un show propagandístico» de la «extrema derecha», como Maduro llama a la oposición.

El jefe de cartera afirmó que fue un ataque de «tipo paramilitar», según un comunicado que firmó ante una cámara junto a otros mandos y con su habitual consigna: «¡Chávez vive, la lucha sigue!» y reiteró el «apoyo incondicional» de la Fuerza Armada al mandatario.

Maduro negó que fuera una «rebelión» militar y remarcó que se trató de un «ataque terrorista», según él, financiado desde Bogotá y Miami.

Uno de los capturados es un teniente que desertó hace varios meses y está «colaborando activamente», los demás son civiles, detalló el mandatario, que ordenó reforzar la seguridad e inteligencia en todas las unidades militares.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) destacó en un comunicado que «la crisis (…) se manifestó expresa y públicamente en los cuarteles de nuestra Fuerza Armada», al tiempo que que el presidente del Parlamento, Julio Borges, exigió al gobierno la «verdad» sobre este hecho y abstenerse de una «cacería de brujas».

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