Corea del Norte aseguró el lunes que las nuevas sanciones de la ONU no impedirán que el país desarrolle su arsenal nuclear, advirtiendo que no negociará mientras Estados Unidos mantenga sus amenazas.
PUBLICIDAD
Este desafiante mensaje es la primera reacción tras la adopción por unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU de una nueva resolución contra Pyongyang, propuesta por Washington.
Las sanciones podrían costarle a Corea del Norte 1.000 millones de dólares anuales y afectarían el comercio con China, su principal socio.
Las sanciones constituyen «una violación violenta de nuestra soberanía», declaró Pyongyang en un comunicado publicado por la agencia oficial KCNA.
«No pondremos nuestro (programa de) disuasión nuclear en la mesa de negociaciones» mientras perduren las amenazas de Estados Unidos, afirmó el texto. «Nunca daremos un paso atrás en el fortalecimiento de nuestro poder nuclear», agregó.
Pyongyang amenazó asimismo a Estados Unidos con «hacerles pagar mil veces el precio de su crimen».
Esta declaración fue difundida mientras el jefe de la diplomacia norcoreana, Ri Yong-Ho se encuentra en Manila, donde se celebra un foro sobre la seguridad regional en el que también están presentes representantes de Estados Unidos, China, Rusia y otros países de la zona Asia Pacífico.
PUBLICIDAD
«Dejar de lanzar misiles»
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, excluyó cualquier posibilidad de diálogo con Pyongyang, al menos en lo inmediato, y estimó que las nuevas sanciones demostraban que el mundo había perdido la paciencia frente a las ambiciones nucleares del régimen de Kim Jong-Un.
El jefe de la diplomacia norteamericana señaló que Washington sólo se plantearía negociar con Pyongyang si suspende su programa balístico.
«La mejor señal que Corea del Norte puede enviar para decir que está dispuesta a dialogar sería dejar de lanzar misiles», dijo.
Dejó sin embargo entrever la perspectiva de que enviados estadounidenses puedan un día reunirse con responsables del régimen norcoreano para evitar una escalada. Pero no quiso precisar cuándo podría tener lugar un encuentro de este tipo.
«No voy a decirle a nadie un número específico de días o semanas. Es una cuestión de estado de ánimo» en esta negociaciones, afirmó.
Tillerson hizo estas declaraciones al día siguiente de un inhabitual encuentro entre los jefes de la diplomacia de las dos Coreas.
Unidad
El ministro norcoreano Ri Yong-Ho estrechó la mano de su homóloga surcoreana, Kang Kyung-Wha, quien le pidió que aceptara la propuesta de diálogo de Seúl. Pero Ri rechazó la oferta, según la agencia surcoreana, alegando que «carece de sinceridad».
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario surcoreano, Moon Jae-In, coincidieron el domingo en una conferencia telefónica en que Corea del Norte «representa una amenaza directa, grave y creciente», según un comunicado de la Casa Blanca.
En Twitter, Trump había saludado el voto unánime en el Consejo de Seguridad y agradeció a Rusia y China su apoyo a la medida, que bien podrían haber vetado.
Tillerson, que mantuvo reuniones bilaterales con sus homólogos chino y ruso, Wang Yi y Serguei Lavrov, también quiso poner de relieve la unidad de la comunidad internacional.
Subrayó que la «comunidad internacional» espera que Corea del Norte tome «medidas para alcanzar todos mis objetivos, es decir la desnuclearización de la península coreana».
Pyongyang replicó por su parte que los países que «colaboraron con Estados Unidos» en apoyar la resolución también tendrán que «rendir cuentas».
China en cambio reiteró su posición menos drástica e insistió en que las sanciones no son suficientes y que es necesario el diálogo.
Por ello el canciller chino hizo un llamamiento a la reanudación del «Diálogo de los Seis» (China, Estados Unidos, Rusia, Japón y las dos Coreas), a pesar de que estas negociaciones se encuentran en un punto muerto desde hace años.
«Solo el diálogo y las negociaciones son los medios adecuados para solucionar el problema de la península coreana», afirmó.