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¿Por qué las estatuas de líderes confederados causan controversia en EEUU?

Para algunos son una manera de recordar la historia, para otros se trata monumentos a favor del racismo y la esclavitud

Está en medio de la calle, le da la espalda a la capital del país, su mirada se dirige al sur, a los campos de batalla de la Guerra Civil en los que cayeron sus camaradas.

Construida hace aproximadamente 130 años, la estatua de bronce de un soldado confederado desarmado está ubicada en un muy concurrido cruce de Alexandria, Virginia, justo del otro lado del río Potomac frente a Washington.

La estatua, llamada «Appomattox» por el lugar en el que el soldado fue vencido en 1865 tras un devastador conflicto de cuatro años, es uno de los cientos de monumentos similares erigidos en todo el sur de Estados Unidos para honrar a los confederados muertos.

Durante años fermentaron los debates acerca de qué hacer con esos controvertidos símbolos de la Confederación defensora de la esclavitud y se intensificaron tras el derramamiento de sangre de este fin de semana.

Una persona murió el sábado en Charlottesville, Virginia, tras una protesta organizada por supremacistas blancos contra el retiro de una estatua del general confederado Robert E. Lee de un parque de la ciudad. Una mujer murió y otras 19 personas resultaron heridas cuando un hombre sospechoso de racista embistió con su coche contra una multitud de contramanifestantes.

Dos policías murieron durante el accidente del helicóptero en el que monitoreaban la situación.

Los esfuerzos por retirar estatuas en Charlottesville y Alexandria están bloqueados en los tribunales de justicia y Legislaturas de los estados, pero otros monumentos y símbolos confederados han sido retirados mientras Estados Unidos enfrenta su complicada herencia racial.

Manifestantes de la ciudad Durham, Carolina del Norte, tomaron el asunto en sus propias manos el lunes y derribaron una estatua en memoria a un soldado confederado levantada fuera del viejo juzgado del condado en 1924.

En Gainesville, Florida, una estatua confederada conocida como «Old Joe» que desde 1904 estaba afuera de un edificio del condado fue derribada y trasladada a un cementerio privado.

El sábado, el mismo día de los incidentes en Charlottesville, el alcalde de Lexington, Kentucky, anunció sus planes de retirar dos estatuas en memoria de la Confederación. «La Guerra Civil fue una época oscura y trágica de la historia de nuestro país y tenemos que recordarla», señaló el alcalde Jim Gray, «pero también necesitamos explicarla apropiada y sinceramente». «Lexington fue uno de los mayores mercados de esclavos», agregó Gray.

«Simplemente no tenemos derecho a seguir honrando a esos confederados que lucharon para mantener la esclavitud en la misma tierra donde se vendían hombres, mujeres y niños como esclavos».

– 1.500 símbolos confederados en terrenos públicos –

En un informe publicado en abril de 2016, el Southern Poverty Law Center (SPLC) -un grupo de defensa de los derechos civiles- reveló que más de 1.500 símbolos de la Confederación se encontraban en tierras públicas, la mayoría en el sur.

Incluían más de 700 monumentos y estatuas y unas 100 escuelas públicas llevaban el nombre de figuras políticas o militares de la Confederación.

Según historiadores y el informe del SPLC, la mayoría de esos monumentos fueron erigidos durante la época de segregación racial de Jim Crow y en respuesta al movimiento de derechos civiles.

«En muchos casos la verdadera meta de este despliegue no era preservar la historia», afirma el presidente del SPLC, Richard Cohen. «Muchos eran más bien un intento de glorificar una causa manifiestamente injusta», dice Cohen en un comunicado que acompaña el informe.

La violencia en Charlottesville intensificó una campaña para retirar los símbolos confederados, cuyo primer impulso se produjo en junio de 2015 tras los asesinatos de nueve feligreses negros en un templo de Carolina del Sur cometidos por un supremacista blanco.

La controvertida bandera de la Confederación fue retirada de la entrada de la Legislatura del estado tras la masacre y otro tanto ocurrió en Alabama, otro bastión de la autoproclamada república de la era de la Guerra Civil.

El alcalde de Nueva Orleans, Mitch Landrieu, dijo en mayo durante el retiro de la última estatua confederada que esos monumentos «no son solo inocentes recuerdos de una historia benévola». «La Confederación estaba del lado equivocado de la historia y de la humanidad», agregó Landrieu.

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