Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) ha lanzado la 17 ª edición de su revista Inspire, en el que el grupo llama a sus partidarios a atacar los trenes en los EEUU y Europa.
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Los editores de Inspire dicen que los seguidores pueden elegir entre uno de los tres modos de ataque. Pueden dirigirse directamente al tren desde «dentro o desde fuera», dirigirse a «el ferrocarril mismo para hacer descarrilar el tren», o asaltar estaciones de trenes, que «están siempre llenas de gente y causan una interrupción importante hacia el sistema de transporte».
El último número, titulado «Atacar medios de transporte», aborda casi exclusivamente el segundo medio de ataque, incluyendo 18 páginas dedicadas a explicar a los lectores instrucciones paso a paso para la construcción de un dispositivo de descarrilamiento de tren.
Las instrucciones comienzan con la construcción de un molde y terminan con la construcción de un dispositivo de descarrilamiento de metal. «Nos mantendremos alejados del uso de herramientas o herramientas electrónicas que se usen especialmente en la construcción … para eliminar cualquier rastros de sospecha», dice la guía del 2hágalo usted mismo».
El artículo cita el testimonio de los responsables de la Oficina de Responsabilidad Pública del Gobierno de EEUU ante el Senado: “El tamaño y la diversidad del sistema de ferrocarriles de carga es difícil de asegurar adecuadamente. Su extensiva infraestructura cruza la nación y se extiende fuera de nuestras fronteras moviendo millones de toneladas de carga cada día. Hay más de 100.000 millas de ferrocarril en Estados Unidos. La extensión de la infraestructura crea un número infinito de objetivos para los terroristas”.
Del mismo modo, los autores de Inspire exponen el impacto económico previsto de su plan, señalando el gran número de pasajeros transportados en trenes de cercanías y el valioso flete que a menudo se transporta por ferrocarril. Una página resume las principales «rutas de trenes de pasajeros en América», mientras que otra muestra un mapa de «líneas de ferrocarril de EEUU por la propiedad».
“Oh, muyahidín, es hora de que provoquemos el miedo y les hagamos imponer estrictas medidas de seguridad en los trenes como hicieron con su transporte aéreo. Continúa desangrando la economía estadounidense con más pérdidas, incrementa la guerra psicológica y haz que se preocupen, teman y se debiliten mucho más”, insta el artículo. “Tenemos que exponer más de sus debilidades en seguridad. Y cuando gasten millones de dólares para hacer frente a una vulnerabilidad, debemos estar listos para abrir otra nueva, con la fuerza de Alá. Así podemos hacer que su economía sangre y llevar a cabo una guerra psicológica abriendo brechas en su seguridad”, sentencia.
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Por supuesto, dirigir trenes no es una idea nueva. El 11 de marzo de 2004, terroristas afiliados a Al Qaeda colocaron diez bombas en mochilas y bolsas en trenes de cercanías en Madrid, matando a 191 personas e hiriendo a casi dos mil más.
En 2009, funcionarios estadounidenses frustraron un complot de Al Qaeda contra los trenes de cercanías en el área de la ciudad de Nueva York.
En 2013, las autoridades canadienses arrestaron a dos hombres que conspiraban para descarrilar los trenes que viajaban entre Toronto y Nueva York. Funcionarios canadienses determinaron que los dos yihadistas, que fueron posteriormente condenados por cargos de terrorismo, recibieron «el apoyo de elementos de Al Qaeda ubicados en Irán» en forma de «dirección y orientación».
Además de trenes y aviones, al Qaeda también ha atacado otros nodos de transporte en el pasado. Los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, a los que se hace referencia en la nueva edición de Inspire, apuntaron a los viajeros durante la hora punta.
