“Soy inocente de todos los cargos que se me imputan”, afirmó la machi Francisca Linconao Huircapán tras retirarse del Tribunal Oral Penal de Temuco donde este lunes se inició el emblemático juicio del caso Luchsinger-Mackay. Este caso la tiene como imputada a ella y otros 9 personas, a quienes se les acusa de planificar y llevar a cabo el mortal incendio donde murieron Werner Luchsinger y Vivianne Mackay en 2013.
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Así, durante la investigación, se decretó que la mujer debía estar en prisión preventiva pero tras nueve meses, los alegatos de su defensa rindieron frutos y se cambió esta medida a arresto domiciliario debido a su avanzada edad y su estado de salud.
Por eso, en el inicio de este juicio, la mujer llegó caminando al Tribunal pero ante las preguntas de la prensa indicó que no se siente muy bien de salud. Aún así declaró que asistía a la audiencia “con fuerza, con newen” para enfrentar el juicio, en el que se declaró como inocente.
Este lunes, el juicio se inició con los alegatos de apertura de la fiscalía y de los querellantes y mañana martes se seguirá con las presentaciones de la defensa. Aún se desconoce si alguno de los 11 acusados renunciará a su derecho a guardar silencio y pedirá hablar en estrados.
El tribunal está resguardado bajo estrictas medidas de seguridad y en sus alrededores se registraron manifestaciones pacíficas de comuneros, incluyendo algunas rogativas. Carabineros se ha limitado a seguir de lejos estas expresiones de apoyo a los acusados.
Además de la machi Linconao Huircapán (supuestamente en su casa se planificó el ataque), los otros acusados son José Tralcal Coche, Luis Tralcal Quidel, Aurelio Catrilaf Parra, Sabino Catrilaf Quidel, Juan Tralcal Quidel, Sergio Catrilaf Marilef, Eliseo Catrilaf Romero, José Córdova Tránsito (hermano del único condenado hasta el momento) y José Peralino Huinca.
Todos están acusados por el delito de incendio intencional con resultado de muerte en carácter de terrorista y para 10 de ellos, la fiscalía pide presidio perpetuo calificado, esto es, un mínimo de 40 años de cárcel antes de recibir cualquier beneficio penitenciario. Además, para Sabino Catrilaf se piden otros 3 años y 541 días de cárcel por dos delitos de porte ilegal de armas y municiones.
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En el caso de José Peralino, la fiscalía pide sólo 10 años de presidio por su colaboración con la investigación. Su confesión en octubre de 2015 permitió la detención de los imputados, aunque posteriormente se desdijo y su defensa alegó que su confesión se obtuvo mediante vulneración de derechos. Sin embargo, el tribunal la validó como prueba en el juicio.
De los 11 acusados, nueve se encuentran en prisión preventiva, mientras que Peralino y la machi Linconao están con arresto domiciliario total. La machi obtuvo este beneficio después de declararse en huelga de hambre.
Se estima que el juicio tendrá una duración de 52 días. El canal del Poder Judicial, a través de su señal streaming, transmitirá el inicio, alegatos de apertura, de clausura, veredicto y sentencia.
Antecedentes
La acusación está a cargo del fiscal jefe de Temuco, Alberto Chiffelle; el fiscal jefe la unidad de Alta Complejidad de La Araucanía, Luis Arroyo, y los fiscales Héctor Leiva y Pamela Contreras. Por su parte, la familia Luchsinger-Mackay será representada por los abogados querellantes Carlos Tenorio y Sergio Arévalo. El Gobierno, a través de la intendencia de La Araucanía, también es querellante.
Los hechos que originaron la acusación ocurrieron alrededor de la 1 de la madrugada del 4 de enero de 2013, en el fundo Lumahue de la comuna de Vilcún, donde individuos armados atacaron e incendiaron la vivienda en que se encontraban durmiendo Werner Luchsinger (75) y su esposa Vivianne Mackay (69). El dueño de casa intentó repeler el asalto a balazos mientras su mujer pedía ayuda desesperadamente por teléfono. A llegar al lugar, Carabineros encontró los cadáveres de las víctimas, quienes no pudieron escapar del fuego.
El único condenado hasta el momento es el machi Celestino Cerafín Córdova Tránsito (30), sentenciado a 18 años de cárcel en fallo confirmado por la Corte Suprema el 13 de mayo de 2014. La noche de los hechos, Celestino Córdova fue detenido por carabineros herido y a 1.750 metros de distancia de la casa de los Luchsinger-Mackay. En su caso, la fiscalía también pidió presidio perpetuo calificado por delito terrorista, lo que no fue concedido por los tribunales.