Dicen que la muerte de un hijo es uno de los peores dolores que se pueden sentir en la vida, pero lo que le pasó a una madre en Pittsburgh debe haber sido aún peor.
PUBLICIDAD
El drama de Jennifer Dailey, quien perdió a su hija en 2015, revivió tras enterarse que las cenizas que ella atesoraba no pertenecían a Jerrica Sky, su pequeña, sino a un animal.
Recomendados
¿Vas a correr el Maratón de Santiago este domingo? Prepárate comiendo choritos chilenos
Estudio revela que el 63% de los chilenos usa zapatillas cinco días a la semana y se compran...
¿Quieres tener un huerto en tu casa? Acá te contamos qué hortalizas puedes sembrar en abril
Las cenizas de la pequeña permanecían en una caja en un lugar especial de su casa, pero la madre nunca se atrevió a mirar en su interior, hasta que decidieron que era tiempo de esparcirlas en un lugar significativo, como una forma de ayudar a la madre a superar su dolor.
“Finalmente me puse a pensar en su urna y mirar sus cenizas y allí había una placa de metal y la leí y en ella decía “Butler” crematorio de mascotas y ahí supe algo estaba mal», dijo la mujer al canal 4 de noticias de Pittsburgh.
La madre llamó a la funeraria donde le confirmaron lo peor. “Me dijeron que se había cometido un error y me dieron la mascota de alguien y a ellos se les dio mi hija. Se convirtió en lo peor que podría pasarme en mi vida”.
Luego de la denuncia la funeraria revisó los registros y logró encontrar a la familia que había recibido las cenizas se su hija.
Tras el cambio en las cenizas la madre afirmó que “todo fue muy humillante. Tantas veces como me senté y lloré y sostuve esa urna y lloré, sufriendo por mi hija y era el perro de alguien”.
La familia de la niña aún no se siente tranquila y esperan averiguar si es posible realizar una prueba de ADN para saber si esta vez son los restos de su hija. Tampoco descartan realizar una acción legal contra la funeraria.