La ciudad de Sevilla está conmocionada tras la terrible muerte de Rocío Cortés luego de dar a luz a su tercer hijo en el hospital Nuestra Señora de Valme.
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Su familia y amigos aún no pueden creer como el nacimiento de la pequeña Triana se terminaría convirtiendo en una verdadera tragedia.
Según indica el Diario de Sevilla, el pasado domingo Rocío fue sometida a una cesárea y mientras seguía sedada se dispusieron a trasladarla desde el segundo al tercer piso, donde estaba su habitación.
Uno de los enfermeros metió la camilla al ascensor, pero como este no funcionaba salió del elevador para buscar otro y cuando estaba en dicho proceso comenzó a funcionar mientras la camilla se encontraba “mitad fuera y mitad dentro”.
El ascensor siguió subiendo a pesar de que estaba con las puertas abiertas y los infructuosos intentos del enfermero por detenerlo.
Tras ello la cabeza de la mujer golpeó contra la parte de arriba mientras su cuerpo seguía elevándose, lo que provocó que la cabeza terminara aplastada contra el piso superior lo que le provocó un “traumatismo craneal severo”.
En declaraciones a ABC de Sevilla, el cuñado de la joven, David Gaspar, señaló que ella ”estaba consciente, aún sedada tras salir de la sala de despertar después de dar a luz a su niña, pero Rocío no sufrió”.
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Ahora la justicia se hizo cargo del caso tras la denuncia de la familia contra el hospital y la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores. Además el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Sevilla ya está tomando diversas declaraciones.
Además del dolor por la inexplicable pérdida, ahora la familia también deberá enfrentar el futuro de la pequeña Triana, ya que la recién nacida se encuentra en la UCI de neonatos por una cardiopatía congénita, y deberá ser operada en algunas semanas.
