El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó este viernes un decreto que ordena al Pentágono detener nuevos reclutamientos de personas transgénero, pero deja al Departamento de Defensa a cargo de decidir sobre los casos de quienes ya están inscritos.
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En el documento, dirigido al secretario de Defensa, Jim Mattis, Trump subrayó también que el Pentágono dejará de tener a cargo los tratamientos médicos de los militares transgénero en las Fuerzas Armadas.
En una medida anticipada, Trump ordenó concretamente al Pentágono «volver a la política y la práctica de larga data en las fuerzas armadas sobre individuos transgénero», a partir del 23 de marzo de 2018.
Esa decisión implica una prohibición a todo nuevo personal abiertamente transgénero y a los pagos para el tratamiento médico de los que ya sirven en las fuerzas armadas, según funcionarios.
Mattis y las autoridades en seguridad interior deberán presentar a la Casa Blanca a mediados de febrero un plan de implementación de esta nueva política.
El presidente anunció a finales de julio en Twitter su intención de prohibir a las personas transgénero servir en el Ejército, criticando el «tremendo costo médico» y «los trastornos» que representan.
La decisión contradice la de su antecesor Barack Obama, quien decidió que las Fuerzas Armadas comenzaran a recibir reclutas transgénero a partir de 1 de julio de 2017.
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Pero los tuits de Trump no estuvieron coordinados con el Pentágono y Mattis dijo que esperaría las directrices específicas de la Casa Blanca sobre este asunto, que calificó de «muy complicado».
Cifras estimativas del Pentágono indican que entre 1.250 a 15.000 personas transgénero sirven en las diversas ramas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que en su totalidad abarcan a 1,3 millones de uniformados activos.
El retiro de los transgénero podría tener un impacto en algunas unidades, pero los observadores temen sobre todo repercusiones negativas en la imagen del Ejército, particularmente entre los jóvenes, quienes podrían vacilar inscribirse en una institución percibida como discriminatoria.
Cinco mujeres militares transgénero entablaron una demanda contra Trump y el Pentágono a inicios de agosto, tras el anuncio que les cierra las puertas a una carrera en uniforme.