Este lunes el Gobierno presentará el proyecto de ley de matrimonio igualitario, una de las medidas que la Presidenta Michelle Bachelet se había comprometido a llevar a cabo.
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La vocera del Ejecutivo, Paula Narváez, aseguró que con la iniciativa buscan que el país avance hacia la «cero discriminación» en la población.
«Lo que le importa al Gobierno es garantizar un derecho para todos y todas sin distinción. Tenemos que avanzar hacia la cero discriminación», sostuvo la secretaria de Estado.
De igual manera, afirmó que «el propósito que tenemos es hacer igualitario el acceso al matrimonio, esa ha sido una demanda histórica de las organizaciones de la diversidad».
El proyecto será enviado al Congreso, y en caso de aprobarse en ambas cámaras, Chile se convertiría en el sexto país de Latinoamérica en contar con matrimonio igualitario.
En ese punto, ya es legal el vínculo de este tipo en cuatro naciones de Sudamérica. El primero fue Argentina el 2010 y luego se fueron sumando Brasil, Uruguay y Colombia. Mientras que en el resto del continente, México cuenta con una iniciativa de este tipo pero no a nivel nacional sino que en algunos estados como la capital azteca, Michoacán, Jalisco y Coahuila.
Respecto a lo que acontecerá el lunes, el dirigente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) Rolando Jiménez adelantó que personeros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estarán presentes en la instancia.
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«Pasaron cuatro años de diálogos, debates y negociaciones con el Ejecutivo, con momentos muy duros, hasta que finalmente sellamos el acuerdo para que el proyecto sea presentado este lunes por Bachelet. En este proceso, más de 60 personas nos apoyaron, todas las cuales estarán presentes mañana en La Moneda», afirmó.
Además, llamó a que el tema se trate con altura de miras. «Un debate serio y respetuoso requiere de un lenguaje libre de homofobia y de discriminación y se basa en diagnósticos verídicos sobre la sociedad y de todos los estudios científicos sobre las familias homoparentales, sin espacios para imponer creencias que justifican la desigualdad sin argumento alguno», concluyó.