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Presidente Trump prometió volver el sábado a zona de desastre “si mejora el tiempo”

El mandatario estadounidense declinó asistir a Houston por “no quiere entorpecer” labores de rescate. Le llovieron críticas por su falta de empatía con los afectados.

(JIM WATSON/AFP)

Si las condiciones del tiempo «se lo permiten», Donald Trump volverá este sábado al estado de Texas, para visitar la zona más golpeada por las inundaciones provocadas por el ciclón Harvey, informó la Casa Blanca.
«Volveremos a una zona diferente del estado, para tener la oportunidad de ver áreas que no pudimos ver», explicó a periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en medio de una lluvia de críticas

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Trump estuvo este martes en Corpus Christi, la zona en la que el ciclón Harvey tocó tierra el viernes en Texas pero que no se ha visto tan afectada por las lluvias como Houston, que sufre inundaciones sin precedentes en la historia de Estados Unidos.

El presidente también viajó a Austin, la capital texana, donde estuvo reunido con las autoridades estatales y los servicios de emergencia. Trump, sin embargo, no quiso acercarse hasta Houston, el epicentro del desastre, porque «una de sus prioridades» era «no molestar a ningún operativo de búsqueda o rescate», de acuerdo con Sanders.

Aún cuando la evitó inicialmente, el presidente sí quiere visitar la zona más «duramente golpeada» por Harvey y «también tener la oportunidad de conocer a algunos de los evacuados», por lo que tiene intención de viajar ahí el sábado.

Los meteorólogos predicen que la lluvia cesará en Houston en las próximas horas mientras Harvey sigue hacia Luisiana y otros estados del norte, donde se espera tenga un menor impacto que en la capital petrolera.

Además de Texas, el presidente también tiene intención de visitar Luisiana si las condiciones climáticas lo permiten.

Mandatario presumido

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Fiel a su estilo grandilocuente, Trump alardeó en Texas de su pronta respuesta a la tormenta Harvey, un fenómeno que ha alcanzado «proporciones épicas» con devastadores inundaciones, una decena de víctimas mortales y miles de personas evacuadas.

Con su visita a Texas, el mandatario reivindicó su capacidad de mando al frente de la Casa Blanca y quiso demostrar que el pueblo texano tiene todo el apoyo del Gobierno.

Para mostrar su solidaridad, Trump llegó a subirse a la parte de atrás de un camión, donde agarró un micrófono y dijo a la multitud: «Los queremos, son especiales, estamos aquí para cuidarlos, todo está yendo bien y quiero darles las gracias por salir. Los vamos a tener de vuelta y operando de manera inmediata».

«Es histórico, es épico, pero les digo que esto ha pasado en Texas y Texas puede superar cualquier cosa», añadió Trump, quien agitó ante sus seguidores una bandera del estado.

Trump hizo su particular intervención en una de las zonas más dañadas por el huracán: Corpus Christi, una ciudad de 320.000 habitantes que lucha por recuperarse del impacto que sufrió el viernes cuando el ojo del huracán Harvey tocó tierra a pocos kilómetros con fuertes lluvias y vientos de 215 kilómetros por hora.

Antes de su intervención pública, Trump mantuvo una reunión con el gobernador texano, el republicano Greg Abbott, para hablar sobre cómo el Gobierno federal y el estado de Texas deben de colaborar en los esfuerzos de reconstrucción tanto a corto como a largo plazo, pues Texas puede tardar años en recuperarse por completo.

«Usted ha estado simplemente excepcional. Y puedo decirle que mis compañeros me están diciendo lo bien que sus agentes han trabajado de manera conjunta. Este es un verdadero equipo», dijo Trump.

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