El grupo yihadista Estado Islámico (EI) se encuentra en plena desbandada en Irak y Siria, los dos países que consiguió poner en peligro con sus conquistas territoriales y su régimen de terror. Tras haber perdido Tal Afar y el conjunto de la provincia de Nínive, en el norte de Irak, uno de sus últimos bastiones, el grupo está también en una situación desesperada en Raqa, su feudo sirio.
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En 2014, el grupo EI controlaba cerca de un tercio del territorio iraquí. Actualmente, tras la pérdida de Nínive, solo cuenta con el 10% según los cálculos de la coalición internacional que dirige Estados Unidos.
El grupo sólo cuenta con presencia en dos zonas: Hawija, a 300 km al norte de Bagdad, y en Al Qaim, Rawa y Anna, tres localidades en el desierto occidental, fronterizo con Siria.
En Siria, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y árabes apoyada por Estados Unidos, entraron en junio en Raqa, el principal feudo desde 2014 del EI en ese país en guerra. En pocas semanas han conseguido reconquistar el 60% de la ciudad.
Entre 5.000 y 10.000 yihadistas, entre ellos sus principales comandantes, han huido de Raqa para instalarse más al sur, en el Valle del Éufrates, según responsables militares de la coalición internacional.
La zona, de unos 160 km de longitud, va desde la localidad de Deir Ezzor en Siria hasta Al Qaim, en Irak.
Del lado sirio los yihadistas se encuentran bajo la presión de las fuerzas de la coalición internacional, del régimen sirio y de su aliado ruso. Del lado iraquí se encuentran bajo la presión de las fuerzas gubernamentales.
– ¿Su poderío militar en Irak? –
A pesar de que su territorio está menguando, el EI cuenta con células durmientes en todo el territorio iraquí. El EI ya ha llevado a cabo numerosos atentados sangrientos, en particular contra los chiitas, a los que consideran herejes, en las ciudades reconquistadas por las fuerzas iraquíes y en Bagdad. El último atentado, el pasado lunes, causó 11 muertos en el barrio de Sadr City de Bagdad, mayoritariamente chiita.
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El retorno a un modo operatorio insurreccional crea un clima de inseguridad permanente para los iraquíes y dificulta la tarea de las fuerzas de seguridad.
– ¿En el extranjero? –
Para algunos expertos, la destrucción de las estructuras del «califato» en Irak y en Siria podría generar la dispersión de sus miembros e incrementar los riesgos de atentados en todo el mundo.
El EI se ha convertido en una franquicia susceptible de ser utilizada por «lobos solitarios» o grupos aislados en todo el mundo, sin que ya sea necesario para sus miembros haber pasado por Siria o Irak.