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Cuando el amor es más fuerte que la corona: Príncipes y princesas que renuncian a sus privilegios por un cuento de hadas

Este lunes la princesa Mako anunció el compromiso por el que tuvo que abandonar su estatus real, sin embargo, esto no es algo que pase solo en Japón.

Cada cierto tiempo las historias de amor golpean fuerte a la realeza y la hacen perder un heredero más al trono. Príncipes y princesas de distintas épocas y reinos han estado dispuestos a todo con tal de vivir una historia de cuento de hadas con el amor de sus vidas.

Así lo confirma la historia de la princesa Mako, nieta del emperador Akihito de Japón, quien anunció este lunes su compromiso con Kei Komuro, un ex compañero de universidad, razón por la cual tuvo que abandonó sus privilegios.

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Pero no es la primera historia de amor de este tipo en Japón, su tía, la princesa Sayako, renunció a la familia imperial para casarse el 2005 con Yoshiki Kuroda, un funcionario municipal que robó el corazón de la hija menor del emperador.

Europa no es la excepción, a inicios de los 30 la sucesión de la corona dio un giro drástico que dio la posibilidad a la reina Isabel II ser la actual monarca británica. El en ese entonces príncipe de Gales Eduardo VIII se enamoró perdidamente de la socialité norteamericana Wallis Simpson en 1933, tanto así que se convirtió en su amante.

Tras la muerte del rey Jorge V, Eduardo debía asumir el trono, no obstante, tras anunciar sus deseos de convertir a Wallis en su esposa abdicó al trono, pasando el reinado a Jorge VI, padre de la reina de Inglaterra.

El joven príncipe Luis de Luxemburgo, tercero en la línea de sucesión a la corona, se enamoró de la soldado del ejercito de ese país Tessy Antony durante la misión en la antigua Yugoslavia, cuando el joven visitó a las tropas desplazadas en Los Balcanes.

El amor fluyó y Tessy quedó embarazada en el 2006 y se casaron. El enlace provocó la perdida automática de los derechos sucesorios de Luis. Sin embargo, pudo preservar el tratamiento de Alteza Real, la dignidad de Príncipe de Luxemburgo, Príncipe de Nassau y Príncipe de Borbón-Parma, y la pertenencia a la Familia Ducal, mientras su esposa pasaría a ser Tessy de Nassau, ya que no habría títulos ni para ella ni para sus hijos.

La princesa Marta Luisa de Noruega no era una de las candidatas a llegar al torno debido a la antigua ley de sucesión, la que a pesar de haber sido abolida no era retroactiva, pero aún así poseía todos los beneficios de ser una princesa. Esta no era una preocupación para la princesa ya que en 2002 rechazó los derechos reales y su vida privilegiada luego de casarse con el escritor Ari Behn.

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