Un potente terremoto de magnitud 8,2 en la escala de Richter sacudió en la noche del jueves el sur y centro de México, dejando hasta el momento 58 muertos y daños materiales, mientras las autoridades mantienen todos los protocolos de seguridad activados.
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Al filo de la medianoche tuvo lugar el movimiento telúrico, el de mayor magnitud desde 1932, con epicentro a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, en la costa del Pacífico del estado de Chiapas, según el informe más reciente del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
En un mensaje a los medios desde el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el presidente de México, Enrique Peña Nieto, informó en un comienzo que habían cinco muertos, cifra que después aumentó a al menos 58.
Respecto a las víctimas fatales, tres personas murieron en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, al derrumbarse una vivienda, y dos menores de edad perdieron la vida en el sureño estado de Tabasco, 23 de ellas en el estado de Oaxaca (sur), informó el gobernador Alejandro Murat. La otra víctima se mantiene en reserva aún.
No obstante, las autoridades no descartan que la cifra de muertos pueda aumentar en las próximas horas.
Peña Nieto indicó que este sismo tiene una magnitud similar a uno registrado en 1932 y fue mayor al de 1985, de 8,1 en la escala de Richter y que dejó miles de muertos y desaparecidos en la Ciudad de México, donde hoy también se sintió con fuerza.
El presidente llamó a no bajar la guardia porque se pueden producir fuertes réplicas, aunque un tanto menores. Hasta el momento, tras el terremoto se han producido 65 réplicas, la mayor de ellas de 6,1.
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El terremoto, de 8,1 según el Servicio Geológico de EEUU, impactó en al menos una decena de estados del sur y centro de México, por lo que hasta 50 millones de personas -casi la mitad de la población nacional- pudo sentirlo.
En Chiapas, el presidente decretó el estado de emergencia.
A modo de prevención, la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases este viernes en la capital del país, el Estado de México, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Puebla y Tabasco, para revisar la infraestructura de las escuelas.
Entre los daños materiales se informó de la caída de un hotel en la localidad de Matías Romero, en Oaxaca, que causó heridos, así como daños en viviendas e infraestructuras en otros estados.
La Comisión Federal de Electricidad informó de que se vio afectado el suministro eléctrico a un millón y medio de usuarios, aunque ya se restauró el servicio a casi 800.000 de ellos.
Guatemala también ha resultado afectada por el terremoto y las autoridades del país hablan ya de varios heridos y casas caídas en el departamento suroccidental de San Marcos, fronterizo con México.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) activó una alerta para México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras y Ecuador. Pero ésta fue levantada poco después sólo para México.
El Gobierno de El Salvador advirtió de una amenaza de tsunami y activó las comunicaciones para evacuación inmediata en caso necesario.
No obstante, el mandatario mexicano consideró que la alerta de tsunami en las costas de Chiapas «no representa un riesgo mayor».
Asimismo, la Unión Europea (UE) ofreció ayuda a México tras el terremoto.
«Monitorizando de cerca el desarrollo de los acontecimientos tras el terremoto en la costa sur de México. Mis pensamientos se encuentran con las personas de esas áreas. La UE está preparada para ayudar», escribió el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, en Twitter.