Un poderoso terremoto de 8,2 grados sacudió el sur de México, dejando al menos 35 muertos, en lo que fue calificado como el mayor sismo registrado en los últimos cien años en el país. El estado de Oaxaca, en el sur, es hasta ahora el más afectado, con 58 personas fallecidas, de acuerdo con José Calzada, secretario de agricultura mexicano que se desplazó a esa región como representante del gobierno federal.
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El vecino estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, reportó siete muertos. Además, hay tres fallecidos en Tabasco, también en el sur, y las autoridades advierten que este número puede aumentar en las próximas horas. «Lamentablemente tenemos el registro de siete personas fallecidas. Tres ocurrieron en el municipio de San Cristóbal de la Casas, dos en Villaflores, una más en Pijijiapan y una más en Jiquipilas», indicó a Televisa.
En Publimetro conversamos con el periodista mexicano Daniel Valles, desde Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado de Chiapas, cerca del epicentro, quien nos aportó algunos detalles sobre cómo se vivió el sismo.
«Estaba dormido, en un hotel, en el sexto piso, y fui sorprendido por un sonido del concreto tallándose, después, no me podía sostener de pié, pensé en salir, pensé en que no estaba vestido, estaba descalzo, mi equipo de cómputo, mi billetera, todo eso en segundos», narra Valles, quien asegura que es en San Cristóbal de las Casas, Chapa de Corzo, donde se reportan muchos daños materiales: casas, bardas que se han caído, muertos.
«En el hotel donde estuve, la gente bajó por las escaleras como si fuera un ensayo. Ya fuera del hotel, en la calle, sí hubo escenas de caos. Desmayos, poco de gritos, paramédicos que llegaron, pero el hecho de que no hubo derrumbes, mitigó el caos», asegura.
El sismo ocurrió a las 23H49 locales del jueves (04H49 GMT del viernes) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 km de la costa, a una profundidad de 19 km, y duró unos 60 segundos, lo que para Valles fue «un minuto que me pareció interminable».
Un total de 266 réplicas se han registrado en las diez horas posteriores al sismo, lo que hace que «exista ese sentimiento extraño de estar en guardia, de que no puedes relajarte porque una réplica fuerte puede venir», sostiene.
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-La experiencia del terremoto de 1985-
El temblor hizo revivir a muchos la pesadilla del sismo de 8,1 grados del 19 de septiembre de 1985 que devastó la ciudad y dejo unos 10.000 muertos.
Valles destaca que México estuvo bien preparado para la eventualidad: «Ciudad de México soportó el movimiento. Cuando en 1985, uno de 8.2 devastó la ciudad ocasionando derrumbe de edificios y muchas muertes, México aprendió de esa experiencia nefasta» y asegura que se pusieron los medios: «Los códigos de construcción se modificaron. La vigilancia para que se cumplan ha sido muy estricta. Nadie quiere otra experiencia como la del 85, que fue más que nada sufrida por la mala calidad de los materiales usados en la construcción de los edificios. Sobe todo, Tlatelolco. La corrupción no pudo tocar los edificios que se han construido desde entonces. Está seguro, pero en otro lado», analiza Valles.
Además señala que «la gente no entró en pánico, por el contrario, una gran cantidad de «memes» invadieron las redes sociales haciendo bromas de lo que había sucedido. Claro, sin darse cuenta de lo que en realidad había sucedido. El terremoto sucede en jueves por la noche, un tiempo en que los jóvenes y los no tan jóvenes salen a divertirse, un día que en México se conoce como «juevebes» o «viernes chiquito»», finaliza.