Durante la noche del jueves un sismo 8,1 golpeó a la zona sur de México, el terremoto más fuerte que se ha registrado en ese país en los últimos 100 años y que deja hasta el momento 58 víctimas fatales.
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El sismo ocurrió a las 23:49 locales del jueves (1:49 del viernes hora de Chile) cerca de la localidad de Tonalá (Chiapas), a unos 100 km de la costa y a una profundidad de 19 km.
Publimetro habló con Javiera Valenzuela Caiceo, chilena y estudiante de Geografía de la Universidad de Chile que se encuentra de intercambio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien vivió el sismo desde la Ciudad de México, específicamente en la zona de Copilco.
Se activó una alarma minutos antes de las doce de la noche, antes que empezara a temblar. Estaba con otra amiga chilena y nos pareció súper raro, pensamos que era la alarma de un auto. Dos días antes, el miércoles se había activado una alarma por error, entonces la gente no confió mucho. Pero ahora sonó y después empezó a temblar», señaló.
La estudiante de geografía cuenta que pasó el momento tranquila y que no tenía comparación con el terremoto acontecido el 27 de febrero del 2010 en Chile, sobre todo por el tipo de movimiento que en México fue «horizontal», en cambio en nuestro país es «más loco».
«Nosotras como chilenas como que estamos adaptadas o hemos naturalizado mucho el tema de los sismos, de eso me di cuenta ahora estando acá porque mucha gente entró en pánico», indicó.
De igual manera aseguró que pudo «percibir que los mexicanos son miedosos o le tienen un respeto a los temblores, aunque igual hay que considerar que es el terremoto más fuerte registrado en los últimos 100 años en México. Es algo inusual que tiemble, mucha gente es primera vez que vive algo así», pero explicó que «si en Chile ocurriera un huracán o un tornado igual la gente entraría en pánico porque es algo nuevo, algo desconocido y que no ocurre siempre».
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El pánico se apoderó, de norte a sur, de gran parte de los 120 millones de habitantes del país. Muchos salieron a las calles en pijamas, cargando a sus hijos o a sus mascotas según grafican agencias internacionales. Sin embargo la chilena mantuvo la calma y evacuaron una vez terminado el movimiento.
«Cuando abrí la puerta me di cuenta que estaban todos los vecinos, no había tenido instancias para conocerlos, saber quien vive al lado, al frente o arriba. Eso igual me gustó harto, fue una instancia que dio para que se generara ese encuentro», expuso.
A modo de prevención, la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases este viernes en la capital del país, el Estado de México, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Puebla y Tabasco, para revisar la infraestructura de las escuelas.
Suspendieron en todos lados las clases, en las universidades y los colegios. Ahora por ejemplo fui a comprar y andaba poca gente en las calles, siento se quedaron en sus casas un poco más. Obviamente todavía hay un cierto temor y una cierta precaución, pero ya está todo más tranquilo».
El estado de Oaxaca, en el sur, es hasta ahora el más afectado, con 25 muertos, según José Calzada, secretario de agricultura mexicano que se desplazó a la región. De ellas, 17 fallecieron en la pequeña ciudad de Juchitán, sureste de Oaxaca, según dijo a la televisión local el gobernador Alejandro Murat.
Manuel Velasco, gobernador del vecino estado de Chiapas, en cuya costa fue el epicentro, reportó a la televisión local 12 muertos. Ambos estados tienen constantemente una gran afluencia de turistas. Además, en el estado de Tabasco, también en el sur, se reportaron tres fallecidos, recoge AFP.
Javiera cuenta que en su universidad ya han comenzado a organizarse para ayudar a los damnificados. «A través de redes sociales, pude ver que están haciendo campañas de solidaridad para la gente afectada en Chiapas y lugares más pequeños donde se cayeron casas. Van a hacer colectas de alimentos, de ropa y otros artículos. En general creo que la reacción es rápida y los mexicanos son bien solidarios».