En una emotiva y solemne ceremonia de estado, la presidenta Michelle Bachelet confirmó que el Palacio de la Moneda es la casa de todos los chilenos, que el odio ni puede ni debe gobernar a este país y que la bombardeada edificación el 11 de septiembre de 1973 confirma su compromiso con los Derechos Humanos y la Democracia.
PUBLICIDAD
Sus declaraciones se produjeron en el marco de la ceremonia ínter religiosa, que se llevó a cabo en honor al presidente Salvador Allende y sus colaboradores, tras el cruento golpe militar y que tuvo como epicentro de la acción de fuerza, el intenso bombardeo al palacio que construyera el italiano Joaquín Toesca, inaugurado en 1805 como casa de la acuñamiento de las monedas de la corona española y que posteriormente fuese asumida como el centro del poder en este país.
«Llega la primavera ambigua, con un duelo tan cercano a nuestra máxima fiesta nacional. Experimentamos la porfiada vocación de la alegría, pero siempre con una herida abierta», dijo la mandataria ante un amplísimo auditorio congregado en el patio de Los Cañones, y que contó con la presencia de la gran mayoría de los aspirantes presidenciales de los comicios del próximo mes de noviembre, a excepción de Sebastián Piñera Echenique, quien se excusó previamente de asistir.
Luego de develar una placa para inaugurar el Salón de la democracia, junto al ministro de interiores, Mario Fernández, la mandataria fue escotada por un grupo de familiares y amigos de Allende y sus colaboradores, y en su refaccionada oficina, develaron un retrato del presidente socialista elegido en 1970. Además, colocaron flores blancas y claveles rojos en el lugar.
En su alocución oficial, Bachelet realizó un conjunto de medidas que su administración tomará en las próximas semanas: «esta semana dotaremos de discusión inmediata el proyecto que levanta el secreto sobre antecedentes aportados a Comisión Valech I», expresó la jefe de estado destacando que el hecho que la dictadura perpetró el magnicidio del ex presidente Eduardo Frei Montalva, crimen que esclareció recientemente la justicia de este país.
«En materia de reparación, presentaremos un Mecanismo de Recalificación que revisará antecedentes de aquellos rechazados por Comisión Valech II. Además, vamos a reactivar la enseñanza de la educación cívica, a fin de robustecer la participación, los valores democráticos y el respeto por el otro», comentó Bachelet, en el acto que tuvo como música de fondo música clásica y popular chilena, interpretada por Orquesta Marga Marga y el coro Concierto Vocal.
Destacó la presidenta que aún «faltan detalles estremecedores que han estado archivados y que piden ser revelados, a fin de lograr justicia para cada uno de los muertos y los desparecidos. No podemos admitir verdades a medias o pactos de silencio: es una deuda con nuestra historia, con nuestros compatriotas y la democracia. Que no se confunda la búsqueda de la verdad y la justicia con el revanchismo. La democracia es el único mecanismo válido para dirimir nuestras diferencias.
PUBLICIDAD
Citó la médico de profesión al político demócrata cristiano, Bernardo Leyton, «en esta nueva fase de la historia de Chile no puede faltamos esta unidad tan preciosa.” Y remató diciendo, «ustedes saben lo que le sucedió a Leyton», uno de los más severos críticos de la administración castrense y quien fuese víctima de un ataque por parte de sectores de extrema derecha.
Al gritó de «presente», los asistentes recordaron los nombres de los funcionarios cercanos de esa administración asesinados o desaparecidos el martes 11 de septiembre de 1973. Para finalizar, Bachelet salió a la Plaza de la Constitución, a fin de recorrer la obra plástica del artista Álvaro Silva Wuth, consistente en la reproducción de las últimas palabras de Allende a Radio Magallanes, con filamentos de cobre continuos.
