Este martes pasará a tercer trámite legislativo el proyecto que, entre otras cosas, creará una lista de evasores del Transantiago. La iniciativa tiene la etiqueta de «urgente» en el Senado y podría quedar lista para que la Presidenta Michelle Bachelet la promulgue en lo que queda de su mandato. ¿De qué trata este texto?
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«La idea es tener un lista evitar la evasión y para que las personas que no validen, paguen sus multas», dice a Publimetro el presidente de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara, Mario Venegas (DC).
Así, quienes reciban una sanción por no validar quedarán inscritos en un registro. Este permitirá monitorear si se paga o no la sanción. Si no se cancela la deuda, se aplicarán medidas punitivas más intensas. Así, se echará mano a los dineros de la devolución de impuestos de los evasores y se podrá negar la obtención de una licencia de conducir o la renovación de una ya emitida.
El parlamenatario insiste en que la idea no es usar este registro como un «boletín comercial». De hecho, destaca que se trabajó en mejorar la protección de datos.
Si el infractor paga dentro de los cinco días desde que se generó la citación, se aplicará un descuento de 50% de la multa»
«No queremos que se le dé otros usos y que se transforme en una lista negra que sea como un Dicom. Nos preocupamos de que los datos personales estén debidamente resguardados. Sólo personas naturales, debidamente registradas, tendrán permiso para realizar sólo ocho consultas al año», dice Venegas.
Asimismo, destaca los estímulos contemplados en el texto que invitarían a los evasores a pagar las multas. «Si tú pagas dentro de los cinco días desde que se generó la citación, se aplica un descuento de un 50% de la multa», dice el diputado.
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«La eficacia del registro será bajísima»
Si bien el plan es bien visto por Venegas, ello no ocurre con el senador Manuel José Ossandón (RN), miembro de la misma comisión que el diputado, pero en la Cámara Alta. «La eficacia del registro será bajísima», comenta a Publimetro.
«Durante la tramitación del proyecto intenté hacer entrar en razón al ex ministro Andrés Gómez-Lobo para buscar un sistema más adecuado, sin embargo, quedamos con lo que se votará en estos días», expresa Ossandón. Agrega que el problema que genera la evasión es mucho más grande. «Una sola medida como el registro o los torniquetes no lo solucionará» ya que el foco está «en el castigo» y no en la incitación a validar, plantea.
«El tema de fondo es la ausencia de incentivos correctos tanto para el Estado, los empresarios y en especial para la gente. Vamos a gastar un montón de plata en fiscalizar y sancionar a la gente, pero existen pocas medidas para incentivar a la gente a pagar», recalca.
Entre los posibles incentivos, Ossandón plantea, por ejemplo, la obtención de beneficios a través de la tarjeta Bip!. «La tarjeta se use para más cosas que solo pagar el transporte» reflexiona.
En esa línea enumera ideas como que el plástico se use como «medio de exención para la restricción vehicular». También puede servir para recibir descuentos o incentivos monetarios. Algo al estilo de «mientras más la uses en los buses, más beneficios», propone.
«Hoy los evasores se sienten con derecho a ‘ningunearnos'»
Las críticas son compartidas por Rodolfo Cid, director ejecutivo de la Central Autónoma de Trabajadores (CAT). El dirigente también es representante del Sindicato de Trabajadores de Alsacia (Simtal). “El problema de fondo no es la evasión, es que el Estado de Chile no ha puesto la plata correctamente para que esto funcione», declara.
Como conductor de buses del Transantiago le ha tocado ver cómo se produce la evasión. «Poner más torniquetes mariposa no funciona porque los evasores los saltan. Poner zonas pagas tampoco, porque no están instaladas en puntos clave. Es un problema estructural», relata.
El tema es que los conductores pasaron a un segundo plano»
El líder gremial asegura que olvidar la figura del chofer en este tipo de proyectos también forma parte del problema. «El tema es que los conductores pasaron a un segundo plano. Antes, con las micros amarillas, el chofer tenía el poder de decidir a quién dejar subir y a quién no. Ahora no causa ningún tipo de respeto. Hoy la gente se siente con el derecho a ‘ningunearnos’ y suben sin pagar sin que podamos hacer nada», reclama.
El proyecto será discutido en el Senado y de ser aprobado, quedará listo para su promulgación. En caso de ser rechazado, deberá pasar a comisión mixta. Allí se analizarán los puntos que generan divisiones en ambas cámaras.