Millones de residentes de Florida continuaban el martes sin energía eléctrica, cuando los remanentes del huracán Irma se dirigían hacia el noroeste del territorio estadounidense, anegando la región y desbordando ríos.
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Sin embargo, gran parte del Sunshine State parece haber desmentido los pronósticos de daños catastróficos emitidos antes de su llegada.
Irma sí dejó una estela mortal en Cuba y el Caribe, debilitándose el lunes y seguía azotando el sureste de Estados Unidos, donde provocó «devastación» en los Cayos de Florida e inundaciones en Jacksonville.
Los muertos por el pasaje de Irma, tras arrasar como potente huracán varias islas del Caribe, sumaban al menos 40, luego de los 10 fallecidos en Cuba el fin de semana, y de otros 27 reportados en varias islas caribeñas, a los que este lunes se agregó una víctima fatal en Haití.
Otras dos personas murieron por accidentes de tránsito provocados por Irma en Florida, precisaron las autoridades, tras informar inicialmente de tres.
En el Caribe, los residentes trataban de retornar a la normalidad pese a los enormes daños de infraestructura, mientras Estados Unidos, Francia, Holanda y Reino Unido buscaban ayudar a sus territorios de ultramar, gravemente afectados.
Los habitantes de Florida comenzaron el lunes a evaluar los daños en sus propiedades, que parecían inicialmente menores a lo esperado.
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El panorama es espectacular, pero no catastrófico, dijo a AFP Roberto Cuneo, un residente en Miami Beach de 41 años que decidió no irse de su casa y dio cuenta de calles inundadas con hasta 30 cm de agua y palmeras tumbadas por el viento.
En el extremo sur de Florida el panorama era muy distinto. El acceso a los Cayos estaba cerrado. Tras sobrevolar el área, el gobernador Rick Scott dijo luego que la zona había quedado «devastada» y los parques de casas rodantes destruidos.
Unos 6,5 millones de personas seguían sin electricidad en Florida, apuntó.
En «fase de recuperación»
Irma avanzaba sobre Florida en dirección norte-noroeste, con un giro hacia el noroeste el martes. Los vientos habían disminuido a 56 km/h hasta degradarse a depresión tropical, según el boletín del Centro nacional de huracanes (NHC) de las 0300 GMT.
Según los meteorólogos, el ojo de Irma continuará moviéndose sobre el suroeste de Georgia en la noche del lunes, y se moverá hacia Alabama el martes.
Unos 6,3 millones de personas en el sureste de Estados Unidos fueron ordenados a evacuar por este huracán, que provocó uno de los mayores éxodos de la historia del país.
Como estaba pronosticado, Irma impactó el domingo por la mañana como huracán categoría 4, en una escala de 5, en los Cayos al sur de la península, y por la tarde volvió a tocar tierra en Marco Island (oeste), pero con categoría 2.
Miami, la mayor ciudad estadounidense en la trayectoria de Irma, amaneció el lunes con ramas, escombros y letreros de sus calles, especialmente en el centro y en el distrito financiero de Brickell, cuyo paseo costero fue tragado por las aguas.
«Ahora entramos en una etapa más larga, que es la etapa de recuperación», dijo el alcalde de Miami, Carlos Gimenez. «Y créanme, gente, parte de esto va a tomar un tiempo, especialmente el restablecimiento de la energía».
Panamá y Venezuela envían ayuda
Mientras los residentes empezaban a revisar sus casas, las autoridades advirtieron sobre líneas eléctricas derribadas, aguas negras sin procesar y fauna desplazada, como serpientes y caimanes.
En Bonita Springs, en la costa suroeste de Florida duramente impactada por Irma, grandes áreas estaban inundadas y la ciudad seguía sin electricidad. Algunos trataban de llegar a sus hogares caminando con el agua por la cintura, mientras que otros remaban en canoas.
El presidente Donald Trump, que prometió viajar a Florida «muy pronto», aprobó la declaración de catástrofe natural que permite desbloquear fondos federales de ayuda a los damnificados.
Sin embargo, el costo estimado de los daños fue revisado en neta baja el lunes, de unos 100.000 millones de dólares a entre 20.000 y 40.000 millones, luego de que el huracán cambiara de trayectoria sin impactar directamente en la rica costa este de Florida.
«Nuestro escenario catastrófico no se materializó», reconoció el experto en la industria de seguros Shahid Hamid.
Cuba, fuertemente azotada durante 72 horas por el viento, las lluvias y penetraciones marinas de Irma, el huracán más mortífero desde Dennis en 2005, comenzó el arduo trabajo de cuantificar daños y rehabilitar su dañada infraestructura de servicios.
El impacto en el turismo aún no ha sido evaluado, pero la destrucción que dejó a su paso podría debilitar gravemente a una economía que depende en gran medida de los casi 3.000 millones de dólares anuales que aporta este sector.
Panamá comenzó este lunes la distribución de al menos 90 toneladas de ayuda humanitaria a San Martín -que quedó devastada por el huracán- y Cuba, mientras que Venezuela -de por sí inmersa en una crisis económica- envió 30 toneladas de alimentos, agua potable y enseres a Cuba y otras islas del Caribe golpeadas por la tempestad.
De su lado, Unicef señaló que evalúa los daños en Cuba para enviar ayuda lo más pronto posible.