En julio de 1943, Estados Unidos invadió Sicilia y la Italia fascista comenzó a temblar. En casi cuatro años de guerra, Benito Mussolini había demostrado que no tenía ni el ejército ni el talento para salir vencedor en el conflicto mundial.
PUBLICIDAD
El 25 de julio de 1943, el Gran Consejo Fascista decidió destituir al “Duce” y tomarlo preso. Italia pasó a ser gobernada por el general Pietro Badoglio, quien de inmediato inició conversaciones con los Aliados para arreglar la salida italiana de la guerra.
Mussolini, en tanto, fue “paseado” por diferentes centros de detención para evitar que la inteligencia nazi conociera su paradero.
Al enterarse del derrocamiento del “Duce”, Adolfo Hitler entró en cólera. Sabía que Mussolini hablaba más de lo que hacía, pero lo necesitaba al frente de Italia para mantenerla en el bando del Eje. Fue así como el dictador nazi ordenó la inmediata liberación de su “colega”. Y para esta tarea se eligió a lo mejor: un grupo de elite de las Wafen-SS dirigido por el capitán Otto Skorzeny.
Si bien los ejércitos más importantes venían trabajando con grupos de elite para misiones especiales desde la Primera Guerra Mundial, fue en el segundo conflicto mundial en que estas secciones adquirieron fuerza y se consolidaron. El rescate del “Duce”, de hecho, es la operación que selló la valía de los comandos.
Operación Roble
Hitler habló personalmente con Skorzeny, a quien le ordenó traer con vida del dictador fascista a Alemania. Fue así como se realizó la “Operación Roble”, que contaría con tres secciones que colaborarían: la inteligencia, un equipo de paracaidistas de la Luftwaffe y el comando de las Wafen-SS.
La inteligencia nazi tuvo que averiguar el lugar donde se encontraba Mussolini, que era el Hotel Campo Imperatore, ubicado en la montaña Gran Sasso, de los Apeninos. Un lugar al que solo se podía llevar en un funicular.
PUBLICIDAD
La Luftwaffe operaría planeadores para llegar y los paracaidistas ayudarían al comando a quedar en el lugar preciso.
Estaba todo listo para el rescate, pero el gran problema era que sabían que los guardias tenían la orden de asesinar a Mussolini ante la menor sospecha de un posible rescate.
Entonces, los nazi encontraron la forma para evitar esto. El “Duce” estaba resguardado por efectivos de carabinieri, así que secuestraron al general de la policía militar de Italia, Ferdinando Soletti. Amenazado de muerte, lo usaron como escudo humanos para llegar al hotel y rescatar al “Duce”.
La operación se realizó el 12 de septiembre de 1943, hace 74 años, duró una hora y fue un éxito. Mussolini llegó a Munich, donde Hitler lo puso al frente de una nación títere, en el norte de Italia, que era controlada por Alemania: su nombre fue República Social Italiana. Este país duró hasta que terminó la guerra. Mientras que la suerte de Mussolini fue incluso peor que la de su seudo país. Ya derrotado, fue capturado, fusilado y luego su cuerpo fue colgado en la plaza de Milán.