El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el lunes por unanimidad nuevas sanciones contra Corea del Norte por su sexto ensayo nuclear a través de la forma 2375.
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Estas sanciones prohíben las exportaciones textiles, lo que le generará pérdidas de 726 millones de dólares al año, de acuerdo a fuentes estadounidenses a AFP. Además, restringen su suministro en petróleo y gas.
Sin embargo, Pyongyang seguirá recibiendo los cuatro millones de barriles de crudo anuales procedentes de China.
Asimismo, restringe a los países miembros de Naciones Unidas conceder nuevos permisos de trabajo a ciudadanos norcoreanos. Unos 93 mil connacionales trabajan en el extranjero, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para financiar el programa de armamento de Pyongyang, según una fuente estadounidense entrevistada por AFP.
Por otro lado, habilita a inspeccionar embarcaciones sospechosas de transportar a Corea del Norte cargas afectadas por las sanciones, pero sólo con la autorización del país bajo cuya bandera estén registrados.
El doctor Rodrigo Álvarez, especialista en relaciones internacionales y coordinador del Centro de Estudios Coreanos de la Universidad de Santiago, se muestra escéptico ante las nuevas sanciones, ya que “por alguna razón, que aún es compleja de explicar, las resoluciones no han tenido el impacto final que es principalmente detener el programa nuclear y de misiles”.
Inclusive señala que “de la misma manera que se sostuvo que la forma 2371, que se aprobó hace aproximadamente tres semanas, era la más fuerte de las resoluciones tomadas desde 2006, también se ha dicho lo mismo de ésta. Por lo tanto, en términos de efecto hay que ver que es lo que sucede de aquí a fin de año”, siendo un punto fundamental la forma en que se aplica.
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«El punto no es realmente cuán significativas son, sino de que forma efectivamente se aplica. Por ejemplo, en junio de este año, luego de establecerse siete resoluciones previamente con características de sanción, se descubre que efectivamente China no tan sólo no había dejado de comercializar con Corea del Norte, sino que el intercambio económico entre China y Pyongyang para el primer semestre del 2017 había aumentado. Entonces, la cuestión aquí es ver de que manera efectivamente las sanciones se cumplen», aseguró.
Medidas eran más estrictas
Cabe destacar que Estados Unidos tuvo que modificar las medidas más estrictas del documento para lograr la aprobación de Rusia y China, los principales aliados políticos y económicos del régimen de Kim Jong-un.
«No hay que olvidar que la intención inicial de EEUU era establecer una resolución que prohibiera por completo la capacidad de importación de petróleo y gas. Pero el país norteamericano se dio cuenta que no podría alcanzar esa posibilidad porque en definitiva hacerlo implicaba que China o Rusia, especialmente China, ejerciera su capacidad de veto en el Consejo de Seguridad, por tanto la resolución no se tomaba», indicó Álvarez.