Un leve aumento se registró en el número de licencias médicas tramitadas el año pasado, aunque en el total hay que destacar que se rompió la barrera de los cinco millones.
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Así lo revelaron este miércoles Fonasa, la Superintendencia de Salud y la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), en su reporte «Licencias Médicas Curativas y Subsidios por Incapacidad Laboral Año 2016», que dio cuenta que durante el año pasado se tramitaron en el sistema un total de 5.027.060 de estos permisos médicos, que superan en un 3,7% las de 2015 cuando alcanzaron los 4,7 millones.
De ese total, un 71% corresponde a cotizantes de Fonasa y 29% de Isapres, creciendo 6,6% y 4,3% respecto del año anterior, respectivamente.
Estos datos indican que en 2016, un 36% del total de las personas en el país hizo uso de licencias médicas, equivalente a 2.140.856 de trabajadores, los cuales presentaron un promedio de 2,3 permisos.
A la hora de los diagnósticos que las justificaron, lideraron enfermedades mentales, osteomusculares (como dolores de espalda, por ejemplo) y respiratorias (59%).
Mientras las primeras representan el 20 y 24% en isapres y Fonasa, respectivamente, las segundas representan el 15 y 23%, mientras que las terceras son la causa del el 20 y 13% de los permisos médicos otorgados.
En tanto, respecto del nivel de rechazo, existe disparidad dependiendo del seguro de salud al que pertenece el o la trabajadora, siendo las isapres la que concentran el mayor porcentaje con un 15,7%, respecto al 5,4% de Fonasa.
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El reporte además señala que en 2016 el sistema en su conjunto pagó un total de $1.093.442 millones por concepto de subsidios por incapacidad laboral, 7,4% real más que el año anterior.
Muchas licencias por depresión
El informe entregado por las autoridades de salud indica que la tasa de uso de licencias médicas alcanza un promedio de 84,2 en el total del sistema, lo que para Héctor Sáchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello (Unab) es muy alta.
“Yo creo que la tasa de ausentismo laboral con estos números que se están planteando debiera ser muy alta con el consiguiente perjuicio económico para el país”, sostiene.
Respecto de las diferencias en el rechazo de licencias, el especialista indica que esto demuestra que se requiere de un cambio de cómo se regula su uso, teniendo solo un organismo independiente para ello.
“Aquí el verdadero problema es que hoy día tenemos en Chile tres sistemas de control de licencias médicas distintos: el de Fonasa, el de isapres y el de las mutualidades de accidentes del trabajo y dejo afuera a las Fuerzas Armadas, con lo cual tenemos muchos sistemas que tienen criterios de aprobación, rechazo distintos”.
Por otro lado, un dato que llama la atención es que de las licencias tramitadas por enfermedades mentales, la mayoría corresponde a depresión (47% en Fonasa y 27% en isapres), concentrándose en tramos de edad de 25 a 44 años.
Al respecto, Diego Pérez, académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Universidad San Sebastián, indica que aunque no es la única, una manera de explicar esto es a partir del cambio de mentalidad generacional. “Lo importante hoy no es solo tener trabajo, sino que también estar a gusto en el mismo”.
En ese sentido, añade que “parece ser que en los tiempos de hoy la insatisfacción laboral tiene un efecto más nocivo en las personas, lo que permitiría explicar fenómenos como la alta rotación laboral y un mayor número de enfermedades de índole psicológico”.