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Rusia despliega potente armamento en maniobras contra “Occidente”

Los ejercicios Zapad 2017 se llevan a cabo en un contexto de creciente tensión mundial. Durarán hasta el 20 de septiembre.

Más de 12.700 militares participan en una serie de extensas maniobras militares en el oeste de Rusia. Los ejercicios, que tienen el sugestivo nombre de «Zapad» («Occidente», desde donde Moscú percibe la principal amenaza en su contra), se producen en un momento especial. Mientras la tensión crece en distintos frentes del globo, Vladimir Putin parece haber decidido hacer una demostración de las capacidades de sus ejércitos.

Las prácticas incluyen unidades de la vecina Bielorrusia, donde se efectúan los movimientos de tropas. Ya despertaron el recelo de Ucrania, envuelta en un conflicto no declarado con Moscú. Kiev observa con cuidado la vulnerabilidad que experimenta en su frontera norte.

Otro de los «puntos calientes» situados en las inmediaciones del escenario de las maniobras es la «franja de Suwalki». Es un parche de territorio que separa Bielorrusia del enclave ruso de Kaliningrado. La zona corresponde a la antigua Prusia Oriental, conquistada por la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial.

El ejercicio simula una invasión desde el Oeste. «Se resuelven cuestiones de mando y control de las tropas durante la ejecución de operaciones militares de repulsión de agresiones», explicó el jefe del Departamento de Información del Ministerio de Defensa de Rusia, Vladimir Makarov, citado por la agencia RT.

Centenares de tanques, casi invisibles bajo espesos camuflajes que los confunden con la vegetación se mueven en el terreno. Los apoyan helicópteros antitanque Kamov Ka-52 «Alligator», usados en Siria contra el Estado Islámico.

Al mismo tiempo, sistemas antiaéreos S-400, situados entre los más potentes del mundo y con alcance de hasta 400 km, también prueban sus capacidades. Forman parte del «paraguas» contra aviones enemigos que cubre a las fuerzas rusas.

Se resuelven en los ejercicios cuestiones de mando y control de las tropas durante la ejecución de operaciones militares de repulsión de agresiones»

Al mismo tiempo, otro de los puntos centrales de las prácticas es la ubicación y eliminación de comandos infiltrados y grupos de sabotaje «enemigos».

Unos 70 aviones y helicópteros y 250 tanques forman parte del impresionante despliegue ruso. En el mar, al menos 20 buques de combate y de apoyo también se desplegaron para participar en las maniobras. Entre ellos se cuentan enormes hovercraft (naves que «flotan» sobre un colchón de aire) de la clase Zubr. Estos aparatos transportan tropas desde el mar y las desembarcan lejos de la playa, en la profundidad del territorio adversario.

Los ejercicios se extenderán hasta el próximo 20 de septiembre. El gobierno de Bielorrusia, estrecho aliado de Moscú, invitó a representantes de Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Suecia, Noruega y Ucrania a observar el despliegue.

Molestia europea contra Rusia

Las ministras de Defensa de Alemania y Francia denunciaron que Zapad 2017 se enmarca en una «estrategia de intimidación». Así lo afirmaron a principios de este mes.

«Es indiscutible que vemos una demostración de capacidad y de poder de los rusos» en estas maniobras, afirmó Ursula Von Der Leyen junto a su similar francesa, Florence Parly.

Ambas hablaron del tema en Tallinn, capital de Estonia. Tanto este país báltico como sus vecinos Letonia y Lituania se mantienen siempre en guardia frente a Rusia. Las tres se independizaron en 1991, después de formar parte durante décadas de la hoy extinta Unión Soviética. Y por la misma razón, los tres miran con inquietud el nuevo despliegue de fuerza realizado por Moscú.

La Otan había trasladado cuatro brigadas a esa zona y a Polonia en marzo pasado. La medida enfureció a Vladimir Putin, quien repetidamente ha pedido explicaciones a Occidente sobre estos movimientos de tropas.

 

 

 

 

 

 

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