- ¿Cómo se gesta la posibilidad de aplicar este indicador en Chile?
Se gesta porque nosotros veníamos trabajando como fundación en fortalecer lazos con el mundo empresarial para mejorar la condición de vida y trabajo de las personas LGTB en los espacios laborales. Parte de ellos es, por ejemplo, lo que hemos hecho en la articulación de una red de empresas que se llama “Pride Connection” y al ver todo este capital, les pedimos a la gente de Human Rights Campaign (HRC), que es la mayor ONG de diversidad sexual del mundo, que ya que tienen una parte muy fuerte en las empresas.
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Sabíamos que este primer Corporate Equality Index se aplica en EEUU y ya estaba iniciando un piloto en México, con lo cual les pedimos ver la posibilidad de iniciar conversaciones para un proyecto en conjunto en Chile y recibimos una favorable respuesta y decidieron venir a Chile porque coincidía con el desayuno que hacemos cada dos meses con las empresas de la red.
- Me cuentas que ya tienen un nexo con las empresas ¿qué cosas buenas y malas se han encontrado dentro de ellas? ¿Cuál es el diagnóstico que hacen como fundación?
Más que cosas buenas y malas, lo que nos hemos encontrado es que todas las empresas, o al menos algunas empresas no todas, están conscientes de que este es tu tema que se debe abordar en Chile que es una tendencia mundial que es algo que están trabajando en muchas de las empresas que operan en nuestrp país en sus matrices en EEUU y Europa, y el factor común es ese, que está el interés y el conocimiento de que esto se está desarrollando, pero también otro factor común es que no se sabe cómo abordarlo, también por ciertas barreras que hay al interior de las culturas organizacionales, sobre todo en empresas que quizás tienen directivos netamente chilenos y de cierta edad, por lo cual son mucho más conservadores y mucho más adversos al cambio.
Pero finalmente los que logran romper esa barrera inicial están abordando y gestionando este tipo de diversidad. Por ejemplo, vemos que en la red Pride Connection ya son 26 las compañías que son parte y, por ende, son las que ya están trabajando pro gestionar la diversidad sexual y de género.
La visita de las personas de HRC a Chile respondía efectivamente a ver cómo estaban las empresas en Chile frente a este tema. La visita no era sólo por el desayuno, sino que también tuvimos reuniones uno a uno con varias organizaciones y conocer qué esperaban ellos respecto a, por ejemplo, aplicar un índice. Como conclusión sacamos que las empresas quieren trabajar profundamente la gestión de la diversidad sexual y de género, que tienen barreras culturales, pero que están decididas en avanzar y que un índice con las herramientas de entrenamiento y educación que trae consigo les sería muy útil.
- ¿Han tenido contacto con los trabajadores de estas empresas? ¿Cómo ha sido la recepción para avanzar en términos de diversidad?
Los trabajadores son los que más quieren abordar estos temas y también de otro tipo de diversidades como los migrantes, personas con discapacidad física o cognitiva, la equidad de género, etc.
Son efectivamente ellos lo que más quieren que se empuje, pero se encuentran con las barreras de las altas gerencias son las que a veces no quieren empujar este carro y la principal es la falta de herramientas y por eso nosotros hemos profusamente iniciado un programa de charlas, capacitaciones en el mundo del trabajo.
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- ¿Qué resultados esperan encontrar cuando aplique este índice?
Cuando se aplique el índice, lo primero es ver cuál es la fotografía en la que están las empresas en Chile de acuerdo a estos temas. Yo creo que lo que podría salir, por las conversaciones que uno tiene, es que las empresas multinacionales, las de capitales estadounidenses y europeos van a estar mucho más avanzados que las empresas de capitales chilenos y eso ya se puede ver en la red de empresas Pride Connection, porque ahí más del 70% son de capital extranjero que importan esas políticas desde sus matrices y las adaptan a la realidad local, en cambio, las empresas chilenas como no tienen a qué echar mano tienen que construirlas desde cero y por eso les resulta más lento el proceso y mucho más difícil.
- Se dice que la sociedad chilena ha avanzado en tolerancia, pero ¿se refleja eso en los trabajos y la relación entre los compañeros o falta aún?
Siempre falta, pero yo creo que sí. Hemos hecho que las empresas se estén atreviendo a abordar esto. Que haya 26 compañías que conformen una red cuyo único foco es el trabajo con la diversidad sexual al interior de las organizaciones, ya indica que hay un avance, porque esto hace tres años hubiese sido impensado.
Ahora, si uno compara quizás Chile con otros mercados como EEUU, donde si uno ve ha sido el sector privado, las empresas las que han empujado el carro de la diversidad y después viene el gobierno y la sociedad. Acá va como al contrario, la sociedad en conjunto como opinión pública la que pareciera, de acuerdo a las encuestas, la que va en primer lugar, después vendría el actual gobierno que está empujando ciertas reformas como la unión civil, el matrimonio igualitario y la identidad de género y después está viniendo el mundo privado.
Finalmente lo que importa es que se están todos moviendo en la dirección correcta. De hecho, pensemos en el caso de Alessia en la portada de ‘Qué Pasa’ y una empresa, Cencosud, totalmente chilena y con una cultura conservadora o más bien muy alineada con la sociedad que haya entendido finalmente que este era un proceso del cual debieran hacerse cargo y hay que ser una buena gestión de la transición de género de una colaboradora para tener una colaboradora mucho más comprometida con la organización y dar una señal potente a sus trabajadores que esta empresa chilena está trabajando hacia la inclusión de todo tipo de personas, esos son como luces o señal que indican que vamos en la dirección correcta.
