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La descoordinación: el otro escollo que enfrentan los rescatistas en los escombros de México

Las próximas horas son cruciales para sacar a las víctimas con vida, hay recursos y mucha gente trabajando, pero sigue sin haber un plan claro desde la dirección del rescate, lo que está dificultando severamente las labores de salvamento

(ALFREDO ESTRELLA/AFP)

 

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Los esfuerzos por salvar a quienes siguen en las ruinas de los edificios que se desplomaron por el terremoto del martes en México entran este viernes en una etapa crítica al cumplirse 72 horas desde la catástrofe.

El país sigue luchando codo con codo por rescatar vidas con enorme generosidad  y sobran los protagonistas en los que centrar el drama y el éxito en estas jornadas que todavía siguen, por ello conversamos con Erik, un rescatista mexicano, quien se encontraba el día de ayer prestando labores de salvamento en la parte de Xochimilco del pueblo de San Gregorio e Insurgentes Sur, completando jornadas de hasta 16 horas, y el día de hoy se trasladarán a Hidalgo para apoyar a la población, donde asegura, está entre los lugares donde no ha llegado el servicio de ayuda. 

Las ganas de ayudar de la gente hace que sobren brazos y falte ayuda , haciendo que uno de los mayores problemas de la catástrofe esté siendo la descoordinación: «Hay un poco de mala organización, somos muchos brigadistas y rescatistas pero no nos permiten apoyar y el personal de la Marina no participa en la remoción de escombros» señala Erik, y añade: «sorprende la cantidad de voluntarios qué hay y que somos sector capacitado pero no se nos permite ayudar como nosotros quisiéramos, el personal de la Marina y ya no nos permiten el acceso y solo cercan la zona pero no ayudan en nada y no quieren dar las 72 horas antes de meter maquinaria pesada», añade.     

«El apoyo de la gente tanto de médicos, paramédicos enfermeras y protección civil es inmensa, también de la gente que lleva comida tanto para los necesitados como para nosotros» señala, pero «hay demasiada gente con víveres y algunas se concentran más en unos puntos que en otros», lo que hace que se acumule y se pueda poner mala en determinados centros de acopio. 

Los expertos dan 72 horas promedio para que una persona atrapada en escombros tenga mayores oportunidades de sobrevivir, pero en otras tragedias, como en el terremoto de 8,1 del 19 de septiembre de 1985, que dejó más de 10.000 muertos en la capital, la resistencia humana superó expectativas.

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El enjambre de voluntarios sobra en algunos lugares y en otros falta.Especialmente, los daños causados en los estados de Puebla, Morelos y algunas partes de Estado de México han recibido menos atención tras el seísmo ante la dispersión de los derrumbes. En  concreto en Morelos, según ha informado el Gobernador Graco Ramírez, el número de víctimas asciende a 73 y hay 20.000 casas dañadas. Por ello conversamos con Diana, una brigadista mexicana que se dirigía al estado de Morelos para ayudar pero al igual que Erik, se han encontrado con impedimentos para poder prestarla: «Estamos reorganizando las rutas porque lamentablemente, los gobiernos estatales no están permitiendo que la ayuda llegue directamente. Están deteniendo los convoy y todos los víveres los dejan en una bodega para poder marcarlos con logotipos del gobierno del Estado, además, están asaltando los camiones con víveres», asegura.

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