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-Origen-
Nacido en 2013, Alternativa por Alemania ya está presente en 13 de los 16 parlamentos regionales alemanes y en el Parlamento Europeo, aunque la elección de diputados de AfD para el Bundestag constituye un giro en la historia alemana de después de la guerra.
Sin embargo, al estar relegado al ostracismo por el resto de formaciones, el AfD no tiene ninguna posibilidad de formar parte del próximo Gobierno, seguramente liderado de nuevo por la conservadora Angela Merkel.
-Ejes de su política-
El primer partido ultraderechista que accede al Bundestag desde los años 50 tiene entre sus futuros diputados a personas que aplauden el papel de los soldados nazis, descalifican abiertamente a los extranjeros e incluso tienen vínculos con grupos neonazis e identitarios.
«Vamos a cambiar este país», soltó uno de sus líderes, Alexander Gauland, minutos después de la divulgación de los sondeos preliminares. Habrá «una caza» -dijo- contra Angela Merkel.
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Este partido, que agita el miedo a los inmigrantes esencialmente musulmanes, está muy presente en las redes sociales y ha pagado sus servicios a una agencia de publicidad estadounidense que colaboró con Donald Trump en el pasado. Además, es partidaria de una salida de Alemania del euro y defiende una postura tradicional sobre la familia y reclama la anulación del Acuerdo de París sobre el clima.
Parte del partido quiere acercarse al Frente Nacional (FN) francés o al FPÖ austríaco, y desde su creación ha radicalizado el discurso.
-El perfil de los candidatos dentro del partido-
Hajo Funke, politólogo del Instituto Otto Suhr para la Ciencia Política de la Universidad Libre de Berlín, estima que en torno a «la mitad» de los nuevos parlamentarios de AfD son «radicales de derechas», aunque se presenten como meros políticos conservadores.
Esta misma proporción encontraron dos recientes estudios independientes realizados por los medios «Bento» y «Buzzfeed» tras analizar intervenciones públicas de los nuevos parlamentarios y su actividad en redes sociales.
Uno de los dos cabezas de lista de AfD, Alexander Gauland, aseguró hace apenas unas semanas que desearía «desechar» en Anatolia -«entsorgen», término aplicado en Alemania a la eliminación de basura– a la comisionada del Gobierno alemán para la Integración, la socialdemócrata de origen turco Aydan Özoguz.
La pasada semana trascendió además un discurso de primeros de septiembre en el que animó a los alemanes a sentirse «orgullosos» de los actos del ejército nazi en la II Guerra Mundial.
La otra candidata, Alice Weidel, ha optado por un discurso más moderado, aunque el diario «Die Welt» reveló en campaña un correo electrónico suyo de 2013 en el que tachaba a los miembros del Gobierno de «cerdos» y «marionetas de las potencias vencedoras» de la II Guerra Mundial y alertaba de que Alemania estaba siendo «inundada por pueblos de culturas extrañas como árabes y gitanos».
La co presidenta de AfD, Frauke Petry, que hoy revolucionó al partido al anunciar que no se unirá al grupo parlamentario en el Bundestag, se mostró en su día a favor de que la policía fronteriza hiciera uso de las armas para impedir la entrada ilegal de un refugiado en el país, en caso de necesidad extrema y «de acuerdo a la ley».
Beatrix von Storch, hasta ahora europarlamentaria y cabeza de lista por Berlín (este) en las generales, atizó la polémica: «Quien no acepte un ‘alto’ en nuestra frontera es un atacante. Y contra los ataques debemos defendernos», argumentó en Facebook tras responder con un «sí» cuando una usuaria le preguntó si impediría con disparos que mujeres con niños cruzaran la frontera.
Por la lista de Baja Sajonia de AfD ha logrado escaño Wilhelm von Gottberg, que ha respaldado tesis negacionistas en el pasado y señalado que el asesinato de los judíos europeos por parte de la Alemania nazi se emplea «como un instrumento efectivo para la criminalización de los alemanes y su historia».
Martin Hohmann, que accede al Bundestag por el estado de Hesse (oeste), fue expulsado en 2004 de la CDU por antisemita tras calificar a los judíos como «pueblo delincuente».
Entre los candidatos electos están también Jens Maier, que ha abogado por acabar con la «cultura de la culpabilidad» en Alemania; Detlev Spangenberg, que defendió un país con las fronteras de 1937, o Leif-Erik Holm, quien ha advertido de que Alemania «paso a paso se está transformando en un califato» por la llegada de musulmanes.
Funke cree que la presencia de este sector xenófobo, nacionalista y euroescéptico en el Bundestag es «un reto para la democracia», pero confía en la solidez del sistema para aguantar los embates de la ultraderecha.
-«Verguenza para Alemania»-
Los demás partidos coinciden en tacharlo de «vergüenza para Alemania» y carece de posibilidades de entrar en el próximo gobierno, sin duda dirigido de nuevo por Merkel.
Cientos de personas se manifestaron el domingo por la noche en varias ciudades de Alemania para protestar contra el partido de ultraderecha AfD, que registró un avance histórico en las elecciones legislativas alemanas.
Poco después del anuncio de los resultados provisionales, se organizaron manifestaciones espontáneas delante de las sedes de Alternativa por Alemania (AfD) en Colonia (oeste), donde se reunieron 400 personas, pero también en Fráncfort (centro), Múnich (sur) y Berlín (este).
En la capital alemana, un imponente cordón policial custodiaba una concentración de algo menos de un millar de manifestantes delante de la sala que había alquilado el AfD para la noche electoral en Alexanderplatz, en pleno centro de Berlín.
Al grito de «¡todo Berlín odia a los nazis!», «¡nazis fuera!» o «¡el racismo no es una alternativa!», los manifestantes, jóvenes en su mayoría, mostraron su ira.