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México a una semana del devastador terremoto magnitud 7,1

Los habitantes buscan volver a la normalidad con agradecimiento por los rescates, pero también hay reclamos por la falta de información sobre quienes siguen entre los escombros.

(MARIO VAZQUEZ/AFP)

A una semana del sismo de 7,1 que dejó 333 muertos en México, la mayoría de ellos en la capital, los habitantes buscan volver a la normalidad con agradecimiento por los rescates, pero también hay reclamos por la falta de información sobre quienes siguen entre los escombros.

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Algunos equipos de rescate internacionales como el de Japón abandonaron desde el lunes por la noche el país, mientras que los de El Salvador, Honduras y Panamá lo hicieron este martes.

Rescatistas japoneses (ALFREDO ESTRELLA/AFP)

Sin embargo, en algunas zonas dañadas de la ciudad, como en el edificio de la céntrica zona Roma-Condesa, siguen los trabajos de rescate en medio de reclamos de familiares visiblemente cansados por no tener información sobre sus seres queridos.

Muchos de los familiares de las personas atrapadas en ese edificio han dormido en un campamento improvisado y durante la noche del lunes expresaron sus reclamos en un mensaje a la prensa.

Queremos información (…) Nos han tenido engañados. Ayer querían entregarme un cuerpo que no era mi sobrina, ya la encontré en el Semefo (servicio médico forense)», dijo a medianoche en una improvisada rueda de prensa una mujer que dijo ser tía de una de las víctimas.

Protección Civil contabiliza a unas 40 familias que buscan a seres queridos que estaban en el edificio de siete pisos que se desplomó en el sector de Roma al momento del sismo, pero no han dado información alguna en las últimas 48 horas en medio de constantes rumores sobre el hallazgo de cuerpos y que en un servicio forense habría unos 15 cuerpos sin identificar.

«La paciencia ya se agotó, no podemos seguir esperando. Actualicen las listas por favor, que den las cifras reales de los cuerpos que hay en los semefos», dijo de su lado Martín Astrada, quien dice tener a un familiar desaparecido.

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familiares terremoto México (GUILLERMO ARIAS/AFP)

«Milenials» solidarios

Tras el sismo los mexicanos aprendieron nuevas cosas sobre si mismos, como por ejemplo que los «milenials» no son como pensaban. Demoliendo la fama de individualistas e indiferentes los jóvenes llevan estos días la batuta de la solidaridad.

Con un casco, chaleco y botas, Carlos Alberto hace cola junto a una cincuentena de personas, la mayoría de menos de 30 años, para poder entrar en la zona cero de este inmueble, donde se calcula que todavía hay alrededor de 35 personas sepultadas.

terremoto mexico (RONALDO SCHEMIDT/AFP)

No tiene conocimientos específicos en obra ni en rescate, pero sí enormes ganas de ayudar. Con la indispensable vacuna antitetánica puesta y su nombre y número de teléfono pintados con un rotulador en el brazo, está listo para lo que considera un deber.

Hoy seguirá formando cadenas humanas para remover escombros o repartiendo comida con el resto de compañeros. Tal y como han hecho centenares de miles de jóvenes estos días en México, ante la que ha sido probablemente la peor tragedia que recuerdan

«Se rompe la lógica»

El director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez, valora muy positivamente este advenimiento de los jóvenes tras el terremoto de 7,1 en la escala de Richter que impactó el centro de México, especialmente su capital, este 19 de septiembre.

Se rompe la lógica imperante. Los protagonistas y líderes están siendo ellos», consideró el experto, quien afirmó que la tragedia ha sido el detonador de una necesaria «ruptura generacional» que puede dar más voz a los jóvenes.

No obstante, hay varios peligros. Entre ellos, que la política busque apropiarse de este movimiento que, hoy por hoy, carece de figuras claras. «Es un liderazgo colectivo. Un liderazgo de ‘hashtags'», afirmó Pérez.

La mayoría de jóvenes coincide en que las redes sociales fueron determinantes para lanzarse a ayudar. «Estamos más informados. Nos apoya la tecnología», resumió Luis Enrique Jiménez, quien apenas ve la televisión.

Las redes han sido estos días una fuente inagotable de información, también de rumores. Pero para el titular de la Redim, son los más jóvenes los que mejor discriminan entre lo verdadero y lo falso. De hecho, se popularizó la etiqueta #verificado19S y se montó una plataforma para corroborar datos.

Hiperconectados mediante redes sociales, desconfiando en la política y en los medios de comunicación tradicionales y rememorando el ejemplo de solidaridad que también originó el terremoto de 1985, los jóvenes se apoderaron de las calles.

 

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