Enarbolando banderas catalanas, españolas y europeas, miles de personas desfilaron este sábado por el centro de Barcelona en protesta contra el referéndum independentista que el gobierno regional catalán quiere celebrar el domingo, pese a que fue prohibido por la justicia.
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«¡Nosotros también somos catalanes!», gritaban los manifestantes, mientras algunos se protegían de la fuerte lluvia alzando conjuntamente sobre sus cabezas una gran bandera española.
«Puigdemont a prisión», coreaban otros en referencia al jefe del ejecutivo independentista catalán, Carles Puigdemont, líder del movimiento secesionista.
Enzarzado desde hace años en un conflicto creciente con el gobierno español, su gobierno regional está decidido a celebrar un referéndum de autodeterminación el domingo, pese a que fue prohibido por el Tribunal Constitucional español.
«Me trae un poco el cansancio de esta ruptura, el cansancio de esta antidemocracia, el cansancio de estas imposiciones, de este quebrantamiento de la ley, el cansancio de ser los otros en España», explicó a la AFP María José Moreno, una manifestante de 54 años.
Cataluña dividida
Los sondeos muestran que los catalanes están divididos sobre la independencia: 41,1% a favor y 49,4% en contra, según la última encuesta del gobierno catalán publicada en julio. Pero también que más del 70% de la población quiere que la cuestión se decida en un referéndum legal.
«Pienso que sí, que se podría llegar a hacer un referéndum legal, por qué no, con un consenso», consideraba Moreno.
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Los manifestantes llevaban también banderas catalanas y europeas y algunas pancartas en las que podía leerse «Catalonia is Spain» (Cataluña es España), «Catalanidad es Hispanidad» o «Estamos a tiempo».
Manifestaciones similares, en defensa de la unidad nacional, se organizaron este sábado en otras ciudades de España, como Valladolid, Santander (norte), Sevilla, Málaga (sur), Valencia y Alicante (este).
En Santiago de Compostela (noroeste), hubo asimismo una marcha a favor del referéndum, en la que se vieron banderas independentistas gallegas y catalanas. También hubo pequeñas concentraciones a favor de la consulta en Madrid.
En la capital española, miles de manifestantes se concentraron por la mañana frente al ayuntamiento en la Plaza de Cibeles, en el corazón de la capital, respondiendo a la llamada de un colectivo conservador, la Fundación para la Defensa de la Nación Española.
Rafael Castillo, ingeniero, se mostraba crítico con el gobierno español: «El Estado tiene que hacer política, tiene que convencer de lo bueno que es estar unidos, en lugar de repetir todo el tiempo que el referendo es ilegal. Pero es que en España no hay ningún líder».