En una caótica votación, la comunidad autónoma de Cataluña terminó su referéndum con el que busca iniciar el camino a su independencia y que era visto como una ilegalidad por parte del gobierno español.
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En un contexto polarizado, el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, aseguró que el proceso de votaciones consiguió más de 2,2 millones de votos, de los cuales 90% de los participantes habría optado por la separación de España.
Estas cifras se dan entre medio de acusaciones de fraude electoral, a causa de imágenes que han circulado en la web de personas que votaron más de una vez en varias mesas electorales.
Aún así, Puigdemont valoró la participación. «Con esta jornada de esperanza y también de sufrimiento, los ciudadanos de Cataluña nos hemos ganado el derecho a tener un estado independiente que se constituya en forma de república», afirmó el líder catalán.
Heridos
No obstante, el gobierno de España hizo todo lo necesario para evitar que el proceso se llevara a cabo e instruyó a las policías a evitar la realización del mismo, cerrando colegios electorales o llevándose todos las urnas necesarias para su concreción.
La instrucción, de todas formas, fue obedecida de forma parcial por la policía catalana, Mossos D’Esquadra, que decidió mantener una postura más mesurada a la hora de evitar las votaciones. En algunos lugares, de hecho, sólo hicieron acto de presencia. No obstante, la Guardia Civil -policía de carácter nacional- habría sido más violenta.
Según la gobernación catalana, hubo al menos 844 personas que necesitaron atención médica tras la actuación de la policía. De ellos, al menos 92 personas quedaron con lesiones graves y menos graves.
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Por parte de los agentes, al menos 33 de ellos fueron atendidos, según el ministerio del Interior español.
‘Hemos votado’
Votar no fue una tarea fácil, pues el presidente español, Mariano Rajoy, ordenó el cierre de urnas. Para doblarle la mano, el gobierno regional autorizó a las personas a votar en cualquier centro electoral.
«He llorado porque hace años que luchamos por esto, y he visto delante de mí una mujer de 90 años en silla de ruedas que votaba», contó en el pequeño pueblo de Lladó Pilar López, administrativa de 54 años.
«Nos lo han puesto difícil pero finalmente pudimos votar», celebró tras cerrarse los colegios Meritxell Casademont, profesora de 50 años en el barrio barcelonés de Gracia, entre cientos de personas gritando: «¡Hemos votado!».
Reacciones del mundo
Ante este escenario, los gobiernos del mundo también reaccionaron. Desde Berlín, la canciller alemana Ángela Merkel se habría contactado con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para conocer por qué hubo una cifra tan alta de heridos.
Por su parte, Nicolás Maduro respaldó el proceso independentista y dijo que Rajoy, a quien calificó como «dictador», debía «responderle al mundo por la represión brutal en Cataluña».
Días antes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya había dicho que «sería una tontería que Cataluña se separara de España.
La comunidad autónoma de Cataluña, que representa 19% del PIB de todo España, cuenta con 7,5 millones de habitantes. De hechos, 5,3 millones podían sufragar, por lo que la votación habría alcanzado 43% de quórum.