La aerolínea británica Monarch, muy utilizada por los turistas, se declaró este lunes en quiebra, anulando unas 300.000 reservas y dejando a 110.000 pasajeros en el extranjero.
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Es la aerolínea británica más importante en declararse en cesación de pagos hasta la fecha, precisó la Autoridad de la Aviación Civil británica (CAA), que organizará a pedido del gobierno británico el regreso al país de los pasajeros en el extranjero.
Las autoridades van a despachar 30 aparatos a 30 aeropuertos para enfrentar esta situación inédita, mientras que todas las otras reservas propuestas por Monarch, vuelos y estadías, fueron anuladas.
Entrevistado en la emisora de radio BBC 5, el ministro de Transportes británico, Chris Grayling, estimó que la aerolínea «fue víctima de una guerra de precios en el Mediterráneo».
Grayling dijo que había mantenido contactos con dirigentes del sector para que contraten lo antes posible al personal de la aerolínea, unos 2.100 trabajadores.
Monarch está ahora en manos de la sociedad KPMG, nombrada administradora del grupo, que en un comunicado explicó que, al declararse en cesación de pagos, la aerolínea perdió su certificado de transporte aéreo.
«Una presión sobre los costos cada vez más importante y las condiciones de mercado cada vez más competitivas en las rutas cortas en Europa hizo que Monarch registrara pérdidas durante un largo periodo», indicó KPMG.
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KPMG precisó que la declaración de quiebra se produjo a las 03H00 de la mañana porque todos los vuelos de Monarch estaban en tierra en ese momento.
Fundada en 1968, Monarch era una aerolínea muy popular entre los veraneantes británicos por sus destinos de sol y playa en el sur de Europa, un área de negocios en la que aparecieron poderosos competidores en las últimas décadas, como Ryanair, Easyjet o Norwegian.
La compañía recibió financiación en octubre de 2016 de su principal accionista, el fondo de inversión Greybull Capital que inyectó 165 millones de libras.
Esta recapitalización le permitió renovar su licencia por un año.