El sonido del fusil de asalto de Stephen Paddock, mientras miles de personas no saben si correr con desenfreno o lanzarse al suelo, quedó grabado como el registro oficial de la masacre con armas de fuego más sangrienta de la historia de Estados Unidos. El jubilado de 64 años es el principal sospechoso de tirotear a sangre fría a los asistentes del «Route 91 Harvest» lo que ocasionó al menos 59 personas muertas y más de 500 heridos.
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Paddock no es el primer miembro de su familia que se gana las portadas de los periódicos del país del norte. Hace 40 años el padre del tirador de Las Vegas asaltaba tres bancos en Arizona, fue sentenciado a 20 años de prisión pero logró escapar de una cárcel Texas para después intentar comenzar una nueva vida como administrador de un salón de bingo en Oregón.
Benjamin Hoskin Paddock, fue parte de la lista de los 10 fugitivos más buscados del FBI entre 1969 y 1977. El añejo criminal fue arrestado en el verano de 1960, acusado de acumular un botín cercano a los 25 mil dólares. Su arresto se produjo, paradójicamente, en Las Vegas, mismo escenario que utilizó su hijo para ganarse un lugar en la lista de asesinos que protagonizaron masacres con armas de fuego.
«El FBI aseguró que Paddock intentó resistirse al arresto e intentó arrollar a un agente de policía con su auto», aseguraba un artículo del «Tucson Dily Citize» citado por la cadena Fox News escrito el 28 de julio de 1960.
1,95 centímetros de altura y 115 kilogramos no fueron impedimentos para que el ladrón de bancos de Arizona puediese escapar de la prisión federal de Texas en 1969.
El boletín de búsqueda de la policía en 1969 advierte a los ciudadanos de la conducta «psicótica» y las «tendencias suicidas» del fugitivo. Finalmente fue arrestado en 1977 en el estado de Oregon, allí cambio su nombre a Bruce Werner Ericksen para poder continuar viviendo en la clandestinidad. Según el portal Newsweek, Benjamin Paddock murió en 1998.
El tirador de Las Vegas
Las informaciones sobre Stephen Paddock fueron apareciendo a medida que la jornada avanzaba y las autoridades intentaban dar con la identidad de las víctimas de la matanza. Según los reportes de las cadenas estadounidenses, el tirador había adquirido más de 30 armas de fuego y al momento de comenzar el ataque masacre era acompañado por una decena de ellas. Las armas encontradas eran calibre.308 y .223, armamento sumamente poderoso que no tiene nada que ver con la defensa personal.
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Paddock, un discreto jubilado, pasó sin problemas el control federal que regula la venta de armas y estuvo durante los meses anteriores adquiriendo armas en el estado de Nevada.
Su hermano, Eric Paddock, aseguró a los medios del país del norte que no tenía ninguna pista de la masacre que planeaba su hermano. “No tenemos idea de qué ocurrió. Es como si un asteroide hubiese hecho impacto sobre la familia”, decía su hermano para explicar cómo se sentía después de que la cara de su hermano apareciera en primer plano en cada canal de televisión.
El jubilado había trabajado de contador para el gigante vendedor de armamento militar, Lockheed Martin. Ya retirado de su profesión vivía junto a su pareja en un barrio construido para mayores de 55, y según palabras de su hermano, era un «millonario retirado».
Stephen Paddock visitaba regularmente Las Vegas para jugar póquer y disfrutar de los conciertos de música country, mismo estilo musical que eligió como banda sonora de la mayor masacre por arma de fuego en la historia de Estados Unidos.