La presión de rendir la prueba de admisión a la educación superior provoca que algunos jóvenes se sientan ansiosos o con miedo, pero lo bueno es que esas emociones pueden controlarse con pequeños cambios en los hábitos o en la rutina diaria.
Aquí van algunos consejos:
- Lo primero es reforzar la seguridad personal en los jóvenes, como la autoestima y sus logros; recordarles lo que han conseguido en lo personal y en la etapa escolar.
- Dormir lo necesario. En promedio, el tiempo de sueño que debe tener una persona es entre 6 y 8 horas. Al dormir los tejidos se regeneran, el sistema nervioso se desarrolla y los procesos mentales se ordenan, por lo que es importante tener un sueño reparador en esta época.
- Distraerse. En momentos de estrés, es importante realizar actividades recreativas, principalmente alguna actividad física, para oxigenar el cerebro, bajar la ansiedad y liberar endorfinas.
- Planificar. Los expertos recomiendan no estudiar los días previos a la PSU, pero si quieren hacer un repaso, es importante planificarse con los horarios y los temas a pasar, eligiendo estrategias que se adecúen a las habilidades y fortalezas del joven.
- Evitar grasas saturadas y bebidas energizantes. Los especialistas recomiendan ingerir alimentos como el chocolate por ser alto en cacao y poder mejorar el rendimiento (siempre y cuando sea en porciones moderadas y no tenga contraindicaciones médicas). También hay que evitar fármacos, bebidas energizantes, grasas saturadas y cocidas o productos del mar; todos estos alimentos pueden producir alteraciones gastrointestinales y cefaleas, incomodando con dolores de estómago en el momento de rendir la prueba.
- No trasnochar ni ver TV hasta tarde; ni hablar de estudiar el día antes de la PSU.