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Ovodonación: La terapia de fertilización asistida que es tendencia en Chile

De 2012 a 2016 han aumentado en un 123% los ciclos de “ovodonación” en nuestro país. Se calcula en los últimos 10 años, han nacido más de 3.000 guaguas gracias a esta terapia.

(Nadia Perez/Nadia Perez)

A medida que se equilibra la balanza laboral y estudiantil entre hombres y mujeres, son más las personas que optan por retrasar la maternidad. Ante un mandato social machista, donde el cuidado de los hijos aún sigue siendo un tema «más de mujer», y pese a los esfuerzos del ministerio a cargo de estas materias, el cuidado de los hijos tiende a frenar el desarrollo profesional de miles de chilenas.

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Por esta y otras razones la maternidad tardía es una realidad a nivel mundial y Chile no es la excepción.  Sin embargo, esto puede traer complicaciones a causa del propio comportamiento biológico del cuerpo de la mujer. Ante esta tendencia, la ovodonación y la asistencia de fertilidad ha cobrado fuerza en nuestro país. En 10 años, más de 3.000 niños han nacido gracias a la ovodonación, la que es solo una de las técnicas de fertilidad que se practican en nuestro país.

Quedarse sin óvulos
A los 40 años, el 73% de los ovocitos de la mujer puede presentar anormalidades. (Edgard Cross- Buchanan/Edgard Cross- Buchanan)

La mujer nace con cerca de un millón de ovocitos, que se van reduciendo antes de la pubertad, para quedar en 400.000 aproximadamente. De los cuales va gastando casi 1.000 en cada ciclo mentrual. A partir de los 35 años, esta reserva ovárica ya está en casi el 10% del total y la calidad de los óvulos está deteriorada. A los 40 años, el 73% de los óvulos de la mujer son genéticamente anormales.

Es decir, un embarazo después de los 35 años podría estar asociado a mayores riesgos.

Además, de que costará más quedar embarazada que a los 20 años. «Muchas mujeres han decidido postergar su maternidad, y cuando deciden que están listas para engendrar puede que sus óvulos ya no estén en condiciones de hacerlo», señaló el Dr. Carlos Troncoso, presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva y director de IVI Santiago.

Muchas mujeres optan por retrasar la maternidad y después de los 35 años, ya no pueden o les cuesta más quedar embarazadas. (Juan Gonzalez/Juan Gonzalez)
Ovodonación en Chile

A raíz de estas situaciones, en Chile comenzaron a realizarse tratamientos relacionados con la «ovodonación». Esto quiere decir que las mujeres pueden convertirse en donantes de óvulos para aquellas mujeres que han quedado infértiles por distintas razones. En otros casos, cuando la mujer tiene temores de perder su fertilidad (por ejemplo, a causa de algún tratamiento), se puede realizar la preservación de sus propios óvulos.

Gracias a la ovodonación, en 10 años han nacido más de 3.000 niños y niñas en Chile. (Nadia Perez/Nadia Perez)

La donación puede ayudar a mujeres que perdieron la capacidad de embarazarse, ya sea por tratamientos o por el paso de los años. «Por ello, valoramos de sobre manera el acto generoso y anónimo de quienes se transforman en donantes. Es una forma altruista de dar vida y ayudar a cientos de familias a cumplir el sueño de tener un hijo», señaló el Dr. Troncoso.

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En Chile, según datos de la Clínica IVI, única que realiza «ovodonación» en nuestro país, gracias a este mecanismo han nacido más de 3.000 guaguas en 10 años. Desde el 2012 al 2016 los ciclos de ovodonación han crecido en un 123%.

Las donantes y la recepción

La edad promedio de las pacientes que recurren a «ovodonación» es de 41 años. Por otra parte, la de las donantes oscila entre 18 y 32 años, siendo el promedio cercano a los 25 años. Mediante un proceso de reproducción asistida, específicamente de Fecundación In Vitro, los óvulos donados se unen a los espermatozoides de la pareja de la paciente (o de un donante) para obtener embriones, los que se transfieren a la mujer para conseguir un embarazo.

Generalmente las pacientes que recurren a este tratamiento poseen una edad avanzada para poder embarazarse, o poseen fallo ovárico por menopausia, fallo ovárico precoz o cirugía ovárica. En algunos casos, se trata de mujeres que no pueden utilizar sus propios ovocitos, por mala calidad o enfermedades hereditarias que no pueden ser detectadas por técnicas de DGP; mujeres con fallos reiterados en fecundación in vitro, entre otros diagnósticos.

 

 

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