El presidente ruso, Vladímir Putin, recibió el jueves en el Kremlin al rey Salmán bin Abdelaziz de Arabia Saudí, el primer monarca saudí que visita este país, con el que hablará de petróleo, armamento y el arreglo de conflictos como el sirio.
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A pesar del importantísimo acuerdo al que llegaron ambas naciones en la negociación de armas, las miradas también se centraron en el fallo de la ostentosa escalera que ocupa el rey Salamán para bajar del avión.
El glamoroso descenso del monarca sobre su ridículamente costosa escalera eléctrica de oro se vio interrumpido cuando dicho aparato se trancó y obligó a la autoridad a bajar caminando como cualquier mortal.
Las excentricidades
No obstante, la escalera de oro es solo una de las excentricidades del rey.
Si dicen que las mujeres llevan demasiado equipaje es porque no conocen a Salmán. En marzo del 2017 el rey realizó la primera visita de un monarca a Indonesia con 460 toneladas de equipaje y una comitiva de más de mil personas.
Cabe aclarar que parte de ese peso corresponde a sus dos limusinas Mercedes, que lo acompañan en todos sus viajes, indispensables para recorrer las calles de Yakarta o París con estilo.
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Si estos son sus viajes oficiales imagínense sus vacaciones. El monarca posee lujosas residencias, pero, sin lugar a dudad, la más costosa es la que construyó en Marruecos. Ubicada en la costa atlántica, el lujoso palacio cuenta con pistas de aterrizaje para helicópteros, un centro médico y cocinas de alta gama de acuerdo al The new York Times.
En la residencia, que está acondicionada para recibir a sus 3 esposas y 14 hijos, están prohibidos los celulares, por lo que empleados están obligados a dejar sus móviles en la entrada.
Sin embargo, todas estas excentricidades del rey Salmán bin Abdulaziz no superan a la imagen de rey Faisal con el maestro Yoda que aparece en los libros escolares de Arabia Saudí, por error claramente.
