Tras años de tensión, Estados Unidos anunció oficialmente su decisión de retirarse de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y su deseo de establecer una misión permanente como país «observador» ante ese organismo.
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«Esta decisión no se tomó a la ligera, y refleja la preocupación de Estados Unidos con los crecientes atrasos en los pagos (de las contribuciones desde el 2011) a la UNESCO, la necesidad de una reforma fundamental en la organización, y el continuo sesgo contra Israel», dijo la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert.
De acuerdo a la declaración oficial, Estados Unidos ha decidido salir de la organización alegando un «sesgo contra Israel», quién horas después anunció que también se retira de la que calificó como un «teatro del absurdo donde se deforma la historia en lugar de preservarla».
La decisión se hará efectiva el 31 de diciembre del 2018 de acuerdo a los estatutos de la organización internacional.
«Entramos en una nueva era en las Naciones Unidas: la era en que, cuando se discrimine a Israel, habrá que asumir las consecuencias», señaló el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon.
De acuerdo a Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, «con esta decisión, el presidente Donald Trump ratifica su postura relativa a que considera a Naciones Unidades, en general, una organización anticuada e ineficiente. Lo dijo durante su campaña y lo repitió en su discurso en la Asamblea General, el mes pasado. En ese contexto, es posible que también pudiera tomar una decisión similar en torno a otra agencia de la ONU».
«Sin embargo, la mayor implicancia de la salida de EE.UU. de la Unesco es que demuestra el alto grado de influencia que en este momento tiene el gobierno israelí sobre Washington. La cercanía entre Trump y el premier Benjamín Netanyahu no es menor, sobre todo si consideramos que Israel está presionando a EE.UU. para dejar sin efecto el acuerdo nuclear con Irán», agrega.
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«Una pérdida para el multilateralismo»
Por su parte, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, corroboró al información y señaló en un comunicado que el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, le ha notificado oficialmente esa decisión, que ella «lamenta profundamente» y considera «una pérdida para el multilateralismo».
«La universalidad es esencial para la misión de la Unesco, para construir la paz y la seguridad internacionales frente al odio y la violencia, con la defensa de los Derechos Humanos y de la dignidad humana», destacó.
A estas reprobaciones se sumaron Francia, donde se encuentra la sede de la UNESCO, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que subrayó «el destacado papel de Estados Unidos en la UNESCO desde su fundación», en 1946.
EEUU vs la Unesco
Los roces entre la Unesco y Estados Unidos no son nuevos, en 1984 el presidente Ronald Reagan había retirado a EEUU de la Unesco por considerar que favorecían a la Unión Soviética y acusando una mala administración financiera.
Posteriormente, en 2003, bajo la administración de George W. Bush, el país norteamericano se reintegró a la organización.
En el 2011 las relaciones volvieron a tensarse cuando se incorporó a Palestina como estado miembro a la Unesco. En ese entonces, bajo la administración de Obama, se suspendió la ayuda financiera generando una deuda de 500 millones de dólares.
Rojas explica que esa decisión «generó un déficit cercano al 22%, precisamente cuando la agencia ya tenía un déficit de US$ 140 millones. En esa ocasión, países como China y Arabia Saudita salieron en ayuda de la Unesco para resolver ese déficit, lo que permitió mantener a flote sus gestiones».