Los muertos por los violentos incendios que azotan el norte de California subieron a 23, informaron el miércoles las autoridades, mientras centenares de bomberos trataban de controlar las llamas alimentadas por el fuerte viento.
PUBLICIDAD
«Ésta es una catástrofe crítica y grave», dijo a periodistas el jefe de los bomberos deCalifornia (CalFire), Ken Pimlott. «No vamos a salir del bosque por varios días», añadió.
Según Pimlott, tras un respiro el martes los vientos volvieron a retomar fuerzas el miércoles, dificultando las labores para contener las llamas. Todavía estamos impactados por cinco años de sequía», dijo. «Estamos hablando de una vegetación explosiva».
Trece de las muertes ocurrieron en el condado vinícola de Sonoma, uno de los más afectados por el fulgurante avance del fuego y donde continuaban las evacuaciones. Otros seis perdieron la vida en el condado de Mendocino, dos en el de Napa, y dos en el de Yuba.
#PartrickFire [update] west of Napa (Napa County) is now 10,817 acres & 2% contained. #SouthernLNUComplex https://t.co/HbDwwLRm4I pic.twitter.com/wg33HXNWCY
— CAL FIRE (@CAL_FIRE) October 12, 2017
Pimlott apuntó que se espera que la cifra de muertos aumente: en Sonoma hay aún 200 personas en paradero desconocido.
22 incendios
Los bomberos de California explicaron en su cuenta de Twitter el miércoles que 22 incendios arrasan actualmente el estado y que ya han quemado 69 mil hectáreas.
PUBLICIDAD
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el martes el estado de catástrofe natural, liberando recursos federales para atender la emergencia desatada sobre el estado más poblado del país desde que la mayoría de focos comenzaron el domingo y avanzan con extrema rapidez por los fuertes vientos.
Barrios enteros en Santa Rosa, una ciudad de 175 mil habitantes en Sonoma, 90 km al norte de San Francisco, habían quedado reducido a cenizas. Sólo en Sonoma, más de 25 mil personas tuvieron que abandonar sus hogares. Unas 5 mil lograron refugiarse en albergues temporales, indicó el lunes la oficina del sherif.

Y más de 3.500 casas y negocios han sido destruidos, incluyendo viñedos en Sonoma y Napa, el corazón de la industria vinícola en el estado, el más poblado del país. Y aun no hay señales de que las llamas cedan.
La policía de Santa Rosa advirtió en Facebook que los servicios meteorológicos prevén un «retorno de los fuertes vientos en la región a partir del miércoles por la noche (…) hasta el jueves por la mañana». «Esta evolución crea condiciones extremadamente peligrosas para los bomberos», subrayó.

Pimlott dijo que 73 helicópteros, 30 aviones y cerca de 8.000 bomberos están desplegados en los esfuerzos para combatir el fuego, mientras que 324 camiones apagafuegos y otros 60 equipos de bomberos estaban en camino desde otros estados para prestar asistencia.
El ejército también ha sido desplegado con 700 efectivos participando en las labores y otros 1.800 movilizados.