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¿Quién es el jefe de la policía catalana por el que piden prisión preventiva por sedición?

La crisis en Cataluña cobró un protagonista inesperado: el jefe de la policía regional catalana, acusado de sedición por la justicia española, mártir y héroe para los independentistas y traidor para los unionistas que le recriminan no cumplir su función.

Por segunda vez en diez días, Josep Lluís Trapero, jefe de los Mossos d’Esquadra, compareció este lunes ante una jueza de la Audiencia Nacional de Madrid para responder por un presunto delito de sedición, castigado con hasta 15 años de prisión para autoridades públicas.

La jueza de la Audiencia Nacional de España Carmen Lamela dejó hoy en libertad al jefe de la Policía regional catalana (Mossos d’Esquadra), Josep Lluis Trapero, acusado de sedición, le retiró el pasaporte y le prohibió salir de España, informaron fuentes jurídicas.

La Fiscalía había pedido para Trapero prisión incondicional sin fianza, por su actuación en el referéndum independentista ilegal del 1 de octubre, suspendido por el Tribunal Constitucional.

La magistrada tomó la decisión, al no poder vincular por el momento al jefe de los Mossos en el asedio por el que varios agentes de la Guardia Civil (en calidad de policía judicial) permanecieron casi 24 horas encerrados en la Consejería de Economía catalana el pasado 20 de septiembre en un registro vinculado a los preparativos de la consulta ilegal.

Aunque rechazó la petición del Ministerio Público, Lamela, que también le impuso comparecencias quincenales ante la Justicia, advirtió a Trapero de que si incumple alguna de las cautelares podría agravar las medidas impuestas.

 

-De héroe a mártir y villano-

En verano de 2016 apareció en un vídeo en las redes sociales, con sombrero de paja y camisa de flores, cantando y tocando la guitarra en una reunión de amigos con el mismo presidente catalán, el independentista Carles Puigdemont.

En abril fue ascendido a mayor de los Mossos d’Esquadra, una especie de supercomisario, pero no fue hasta el mes de agosto, con el doble atentado yihadista en Barcelona y Cambrils, cuando saltó definitivamente a la popularidad.

Su cuerpo asumió la investigación de los ataques y en apenas cinco días encontraron y mataron al principal sospechoso. Con serenidad y tranquilidad, Trapero informó de los avances de la investigación, ofreciendo únicamente datos verificados para no causar alarmas falsas.

De repente, este hijo de taxista, crecido en la periferia obrera de Barcelona, se convirtió en un héroe para la población, que cubría de flores los vehículos de los Mossos d’Esquadra.

Incluso se vendieron camisetas con su cara y la frase «bueno, pues muy bien, pues adiós», que le soltó a un periodista holandés que se marchó enfadado de una rueda de prensa al no entender las respuestas en catalán del agente.

 

 

 

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