Al menos 32 personas murieron y más de 200 resultaron heridas el martes en un ataque contra un complejo de la policía en Gardez, en el sureste de Afganistán, que sigue en curso, según una fuente hospitalaria.
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Las víctimas del ataque, reivindicado por los talibanes en un tuit, incluyen «mujeres, estudiantes y policías», dijo a la AFP Hedayatullah Hamidi, director del hospital de Gardez, capital de la provincia de Paktia.
«Hasta ahora hemos recibido 160 heridos y 26 cuerpos, entre ellos el de una mujer, en el principal hospital de Gardez (…) y también tenemos 52 heridos y seis muertos en el hospital militar», dijo a la agencia en tanto el médico Shir Mohammad Karimi, director adjunto de Sanidad de la provincia de Paktiya.
«Primero un ataque suicida detonó un coche bomba cerca del centro de entrenamiento, abriendo camino a otros atacantes», indicó el ministerio de Interior en un comunicado.
Siguió un combate entre los atacantes, armados con fusiles y chalecos explosivos, y las fuerzas de seguridad dentro del centro que se encuentra cerca del cuartel general de Paktia de la policía, agregó.
Un responsable local dijo que dos coches bomba estallaron cerca del centro que también alberga el cuartel general provincial de la policía nacional, la policía fronteriza y las Fuerzas Armadas afganas.
«Un grupo de hombres armados ingresaron en el centro y continúan peleando», dijo a la AFP Alá Mir Bahram, miembro del concejo provincial de Paktia.
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Fotos difundidas en Twitter supuestamente del ataque muestran dos columnas de humo que se elevan de la ciudad, sugiriendo que dos bombas estallaron.
Paktia es fronteriza de las zonas tribales de Pakistán en donde está activa la organización Haqqani, afiliada a los talibán.
El ataque se produce horas después del bombardeo por un dron estadounidense en el distrito tribal de Kurram en Pakistán, que bordea la provincia de Paktia, en el que murieron al menos 26 miembros de Haqqani, indicaron responsables.
Responsables locales dijeron a la AFP que aún volaban drones sobre Kurram luego del ataque, el más mortífero en las zonas tribales de Pakistán registrado este año.
La semana pasada, en Kurram, las fuerzas de seguridad paquistaníes rescataron una familia canadiense secuestrada por militantes en Afganistán en 2012. El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que era cautiva de la red Haqqani.
El grupo extremista es acusado de haber perpetrado espectaculares ataques en Afganistán desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, y es conocido por recurrir con frecuencia a kamikazes.
Se lo responsabilizó por el ataque con camión bomba en el corazón de Kabul en mayo en el que murieron unas 150 personas.
También se acusa a Haqqani del asesinato de altos responsables afganos y de secuestrar occidentales para reclamar rescates, como el canadiense Joshua Boyle, su esposa estadounidense Caitlan Coleman, y sus tres hijos —todos nacidos en cautiverio— que fueron rescatados la semana pasada, así como el soldado estadounidense Bowe Bergdahl, liberado en 2014.
Los rebeldes también atacaron a las fuerzas de seguridad en Ghazni el martes, a unos 100 km de Gardez, indicaron responsables.
El ataque, que continúa, sigue el mismo modelo, con «terroristas» detonando explosivos cargados en un coche cerca del cuartel general de la policía seguido por atacantes que ingresan en el edificio, dijo a la AFP Haref Noori, portavoz del gobernador de Ghazni.
Las primeras informaciones dan cuenta de siete policías y unos 20 civiles heridos, dijo Noori.
Estos últimos ataques se producen luego de cuatro días de negociaciones entre Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China en Omán en las que se busca poner fin a 16 años de rebelión talibán.