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“¡Jódete Spencer!”: funan a líder supremasista blanco durante discurso en universidad estadounidense

Mientras el número de detractores superaba a los seguidores de Richard Spencer adentro del auditorio, en las calles de Florida unos 1.500 manifestantes protestaban por su visita

Cientos de manifestantes abuchearon e insultaron al supremacista blanco Richard Spencer este jueves en una universidad del norte de Florida, forzándolo a abandonar el escenario sin poder dar su discurso y tras un agrio cruce de palabras con el público.

Sólo unos 30 seguidores de este polémico nacionalista blanco asistieron al auditorio de la Universidad de Florida en Gainesville, pero fueron ampliamente sobrepasados en número por los manifestantes anti-racistas que gritaban «¡No más Spencer!».

Spencer, líder del llamado movimiento «alt-right» o «derecha alternativa» -que incluye supremacistas blancos, neonazis y seguidores de Ku Klux Klan-, fue uno de los organizadores de la marcha de agosto en Charlotesville, Virginia, que acabó en violentos enfrentamientos.

En aquella ocasión, un seguidor de la «alt-right» arrolló a los manifestantes anti-racistas con su auto y mató a una mujer de 32 años.

Temiendo que se repitieran los disturbios entre los activistas de ultraderecha y los manifestantes anti-racistas, el gobernador Rick Scott había declarado estado de emergencia el lunes para reforzar la seguridad y la ciudad de Gainesville estaba militarizada este jueves.

Por consiguiente, helicópteros y drones sobrevolaban la universidad, se prohibió el ingreso de artículos como sombrillas, botellas de agua o incluso mascotas, y cientos de policías bloqueaban las calles.

«¡Jódete Spencer!»

Cuando Spencer entró al auditorio de la universidad, fue recibido por un coro rabioso que le gritaba al unísono «¡Jódete Spencer!» y que le impidió dar su discurso.

«Éste es un gran saludo», dijo el líder de ultraderecha de 39 años. «Gracias por la bienvenida. ¿Ya están dispuestos a hablar?».

Los manifestantes se pusieron de pie con el brazo derecho levantado en un puño -símbolo del movimiento «las vidas de los negros importan»- y le gritaron «¡No más Spencer! ¡No más Spencer!».

«¿Van a continuar haciendo esto toda la noche?», preguntó Spencer.

Pero sus ideas no tuvieron público en la Universidad de Gainesville, y ni él ni su colega Mike Enoch, otro nacionalista blanco conocido en el movimiento de la «alt-right» por su podcast The Right Stuff, pudieron enviar su mensaje.

Sí fue posible en cambio hacer un breve intercambio de preguntas y respuestas con el público, aunque en su mayor parte consistió en un intercambio de insultos.

«Ustedes están intentando acallar un movimiento que está creciendo y que defenderá a la gente blanca», gritó Spencer a la multitud, a la que acusó de «infantil».

El boicot al discurso ofendió a Katy, una mujer de 65 años en silla de ruedas que no quiso dar su apellido. «Estos jóvenes», dijo, señalando al público que abucheaba, «son unos tontos con el cerebro lavado que piensan que lo saben todo y que el resto de nosotros no tenemos derecho a escuchar».

En las calles

En una conferencia de prensa un par de horas antes, Spencer había rechazado el término «supremacista blanco» y dijo que en cambio se define a sí mismo como «identitario». Defendió su concepto de «limpieza étnica pacífica» y la creación de un etno-estado blanco.

«No soy racista en el sentido de que odie a la gente y les quiera gritar cosas. En ese sentido caricaturesco del racismo, no soy racista. Lo que sí pienso es que la raza es un hecho, y que importa, y que es fundamento de la identidad».

Además, fuera del local, unos 1.500 manifestantes protestaban por la visita de Spencer a esta ciudad de 130 mil habitantes.

De algunos edificios universitarios colgaban carteles que decían «Amor, no odio» y los pisos tenían escritos con tiza mensajes a favor de la diversidad.

«Me enfurece que estos supremacistas blancos vengan adonde yo vivo», dijo a la AFP Autumn Doughton, una escritora de 37 años que se manifestaba frente a la Universidad.

La Universidad de Florida había aceptado reticentemente alojar al orador de la «alt-right» en su campus en nombre de la libertad de expresión y no invitó a Spencer a dar la charla.

Por este motivo, el supremacista blanco pagó más de 10.500 dólares por el local y la seguridad interna, según aclara la UF en su página web. Pero los costos de acordonar el recinto, que se estima ascienden a 500 mil dólares, los debe pagar la universidad estatal.

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