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Donald Trump declaró la “emergencia de salud pública” por la adicción a los opiáceos

El presidente de EEUU, Donald Trump, afirmó hoy que su país es el que más analgésicos opiáceos consume en el mundo y aseguró que el abuso de esos medicamentos, que provocó la muerte de 64.000 personas el año pasado, supone la peor crisis de consumo de drogas de “la historia de la humanidad”.

Trump hizo estas afirmaciones durante una ceremonia en la Casa Blanca para declarar esa crisis como una «emergencia de salud pública», lo que permitirá destinar más fondos a nivel estatal y federal para la lucha contra la adicción a analgésicos con receta como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína.

«De manera efectiva a partir de hoy, mi Gobierno declara la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública», dijo el presidente.

Una emergencia nacional brinda a los estados acceso a fondos federales de ayuda por desastres, pero los funcionarios dijeron que una declaración de emergencia de salud pública nacional era más apropiada para combatir una crisis a largo plazo como la epidemia de opiáceos.

Esta declaración no supone un aumento de fondos federales para abordar la crisis, pero los funcionarios dijeron que la Casa Blanca buscaría más dinero del Congreso para hacerlo.

La declaración de emergencia de salud pública nacional tiene una duración de 90 días y puede renovarse varias veces, explicaron.

Esta medida permitirá que el departamento de Trabajo, por ejemplo, otorgue subvenciones para trabajadores adictos a opiáceos para ayudarlos a romper lo que un funcionario calificó como un «ciclo de adicción y desempleo».

También proporcionará un mayor acceso a «tratamientos de telemedicina» para personas en áreas rurales, como la región de los Apalaches y del llamado Cinturón Industrial del Medio Este, especialmente afectados por la crisis de opiáceos.

– 60.000 muertos por sobredosis –

Trump también tiene previsto ordenar a los titulares de agencias y departamentos gubernamentales que «ejerzan toda la autoridad de emergencia a su alcance para reducir el número de muertes y minimizar la devastación causada por la crisis de opiáceos», dijo un funcionario.

La última vez que se declaró una emergencia de salud pública en Estados Unidos fue en 2009 en respuesta al brote de gripe H1N1.

Una comisión creada por Trump para estudiar la adicción a las drogas hizo una «recomendación urgente» a principios de este año para que el presidente declarara una emergencia nacional en virtud de Ley del Servicio de Salud Pública, o de la Ley Stafford.

La primera otorga al Departamento de Salud la autoridad para responder a las emergencias de salud pública, en tanto la segunda permite que el gobierno federal brinde asistencia a los estados para enfrentar desastres mayores, como terremotos, tornados y huracanes.

El mandatario optará por la Ley del Servicio de Salud Pública.

Según la comisión, 142 estadounidenses murieron diariamente por sobredosis de drogas en 2015, más que el total de muertos en accidentes automovilísticos y homicidios con armas combinados.

Dos tercios de las muertes por sobredosis de drogas en ese año estaban relacionadas con Percocet, OxyContin, heroína y fentanilo, dijo la comisión.

Los analgésicos de receta controlada y la heroína provocaron unas 60.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos en 2016, un aumento del 19% con respecto al año anterior, según estimaciones del diario The New York Times.

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