La democracia no ha dado señales de avance en América Latina, y prosigue el declive ininterrumpido en el apoyo a esta forma de gobierno, según informó este viernes el informe Latinobarómetro 2017.
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El estudio, presentado hoy en Buenos Aires, que incluyó 20.200 entrevistas cara a cara en 18 países de la región entre el 22 de junio y el 28 de agosto, muestra que efectivamente el apoyo a la democracia, que es un indicador de régimen, sigue disminuyendo lenta pero persistentemente, llega a 53% en 2017, disminuyendo de 61% en 2010.
El indicador de satisfacción con la democracia, que es un indicador de desempeño, baja de 34% a 30% entre 2016 y 2017. El país más satisfecho es Uruguay, con un 57%, y el menos Brasil, con un 13%. Chile se ubica sexto, después de Argentina, con un 36%. Al mismo tiempo aumenta la percepción de que se gobierna para unos pocos grupos poderosos en su propio beneficio; indicador que ha aumenta de 67% en 2015 a 75% en 2017.A ello se le agrega que uno de cada 4 latinoamericanos le es indiferente la forma de gobierno que rige en su país.
Consecuentemente, la aprobación al gobierno que manifiesta cada país sigue la misma tendencia que los indicadores recién descritos. Si bien en 2009 la aprobación al gobierno alcanzó un promedio de 60% a nivel regional, actualmente es solo de 36%, bajando 2 puntos porcentuales entre 2016 y 2017.
“La democracia latinoamericana, desde 2010 al menos, contrae una suerte de diabetes invisible, no alarmante, con un lento y paulatino declive de múltiples indicadores, distintos según el país y el momento, que permite de alguna manera ignorarlos como fenómeno social. Sin embargo, vistos en conjunto, estos indicadores revelan el deterioro sistemático y creciente de las democracias de la región”, explicó la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos.
Fuera de ello, es importante destacar el incremento de la clase media entre 2013 y 2017, la cual aumentó de 36% a 41% durante este periodo. Esto refleja una mejora importante del escenario económico en la región, siendo Ecuador el país con la mayor proporción de este grupo socioeconómico (55%), seguido de Uruguay, Costa Rica y Bolivia con un 53% cada uno.
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En cuanto al conflicto entre grupos sociales y a los indicadores de violencia, destaca la creciente percepción de que existe un fuerte conflicto entre hombre y mujeres, percepción que ha aumentado de 51% en 2008 a 66% en 2017.
Respecto a los indicadores de violencia más frecuente, destaca la violencia en las calles como uno de los principales problemas de la región, siendo Brasil el país que manifiesta mayor frecuencia de este tipo de violencia (el 59% de los encuestados la menciona como el problema más importante), seguido de Paraguay (48%), Uruguay (43%) y Argentina (43%). El problema de las Maras es liderado por El Salvador con un 61%.