“Work smarter, not harder”: No trabajes más duro, sino de manera más inteligente. Los expertos en el mundo laboral recomiendan aplicar esta frase en las empresas, tanto para empleadores como colaboradores. Desde la consultora de recursos humanos Randstad nos entregan ocho consejos para aplicar durante la jornada laboral y optimizar así nuestro tiempo.
- Lista de tareas: Haz una “lista de tareas” diarios. Tener visión de conjunto sobre los trabajos pendientes ayuda a planear cómo vamos a llevarlos a cabo. La improvisación se debe dejar sólo para cuando no haya otra opción. Hay quien recomienda hacer este listado el día anterior, para que su confección no se convierta, al día siguiente, en una tarea en sí misma.
- Primero, lo importante: La regla de oro de la gestión del tiempo es realizar primero las dos o tres tareas que encabezan la lista, puesto que son las que hemos identificado como prioritarias para ese día. Una vez hechas, se puede pasar a otras cosas. No dejes para más tarde lo que debas estar haciendo ahora y ni empieces por lo más sencillo o lo que más te gusta.
- Una tarea a la vez: Concentración en una única tarea. A pesar de que en el pasado reciente se nos ha invitado a ser multitaskers, los expertos promueven la concentración en una única tarea, realizada con total atención y sin distracciones. La multitarea hace que ninguna de las faenas se complete de manera óptima.
- Evita distracciones: Evita las distracciones y las interrupciones. Identifica cuáles son tus principales “ladrones de tiempo”: Twitter, Facebook, email, WhatsApp. Deja el teléfono de lado, cierra el navegador y el email y vuelve a concentrarte.
- También hay que descansar: Tómate descansos y ten claro cuándo es mejor parar. Un break regular durante el trabajo ayuda a mantenerse despejado, a mantener la concentración y a aprovechar mejor el tiempo que dedicamos al trabajo. También es bueno tener algunos minutos de respiro entre la finalización de una tarea y el inicio de la siguiente.
- Paso a paso: Intenta dividir los grandes proyectos en tareas más pequeñas que psicológicamente no resulten cargas tan pesadas. La realización de cada una de estas pequeñas partes será un paso más hacia la cima.
- Menos reuniones: Muchas de las reuniones que organizamos podrían ser más cortas, incluir un menor número de personas o, incluso, realizarse de maneras alternativas sin necesidad de reunirse.
- Organiza la semana: Considera los diferentes niveles de energía que tenemos durante la semana: el lunes aún estamos calentando motores y es un día apropiado para organizarse. El martes y el miércoles hay que aprovechar el “peak de energía” para abordar los problemas más difíciles. El jueves es ideal para programar reuniones. Finalmente, el viernes, cansados ya, se puede planificar a largo plazo.