*Alerta de spoiler. Lea este artículo bajo su propia «irresponsabilidad»
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Tengo una memoria súper rara. A veces soy como un político en campaña: olvido en dos minutos de las cosas que dije hace uno. Eso puede ser un problema cuando prometo lavar los platos. Generalmente lo olvido. Pero es una gran ventaja en materia de series de TV: soy inmune a los spoiler. Y digo esto porque la serie con mayor riesgos de spoiler es Game of Thrones (GOT). Te pierdes un capítulo y casi de inmediato anda la gente comentando las cuestiones en Facebook o Twitter. Lo bueno es que yo no la veo.
La cosa es que estábamos el sábado con un par de amigotes haciendo algo que nunca olvido: beber su cervecita. En esta oportunidad fuimos a un bar rockero y, entre el fútbol y música, terminamos hablando de GOT. Un amigo hacía un reparo en lo hermosa que era la protagonista (por supuesto mi compadre no utilizaba ni la palabra «hermosa» ni «la protagonista»). Entonces, yo que no veo GOT, pensé en Perdona Nuestros Pecados.
María Elsa (Dios la guarde) me encanta, tal como a mi amigo le encanta Daenerys. Sin miedo al ridículo, confesé que veo la nocturna. Fue ahí cuando uno de mis compadres, un poco con vergüenza, hizo lo mismo: «yo también la veo», contó. Empezamos a analizar, ¿puede ser Perdona Nuestros Pecados el GOT de Chile?
La respuesta del resto de la mesa fue casi unánime. Nicag… Por supuesto no podemos compararlas. Pero, guardando las proporciones, siento que igual pasan cosas similares. María Elsa (aguante) se acuesta con el cura, como pasó el miércoles pasado. Hay ambiciones de poder, como le ocurre a Quiroga con los almacenes. No sé, ¿podría ser, no?
Ya, dejémoslo en que estoy rayando la papa. La cosa es que, al menos hasta junio del próximo año, Perdona Nuestros Pecados será, para mí, mi GOT. Jajajá, sí, aunque suene ridículo. Por eso, este domingo me quedé pegado en el avance exclusivo.
La Guillermina, que ya algo sospecha, fue a preguntarle directamente a Armando Quiroga si acaso era él el asesino. Este, que es más malo que matar hormigas con lupa, le mintió y casi le da un beso. Sabe que ella le tiene ganas. Pero nada es gratis en la vida: le pidió que llamara al comisario Pereira que dejara de seguir los pasos del dueño de los almacenes.
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Otra cosa que apareció, fue que el encargado de la investigación de la desaparición de Elvira le preguntó al alcalde Ernesto Möller por la última noche que pasó con ella. Ahí se ve como llega medio ebrio a la casa y encuentra a su esposa con otro. Negro quedé.
El tema, es que nada de esto va a pasar el lunes, creo. Porque aquí sí que mi memoria funciona bien. El jueves pasado mostraron el adelanto del próximo capítulo. Y ahí la trama apunta a otro lado: el padre Reynaldo yéndose con el obispo. ¿Qué pasará?
No tengo idea cómo seguirá la serie. Y da lo mismo que mis compañeros periodistas me hayan adelantado datos sobre la serie: los he olvidado. Lo único que me acuerdo es que Guillermina está lista para la foto. Caput. Pero a estas alturas, ya todos lo saben. El tema es que creo que, en este caso, olvidar es mucho mejor: así me sigo sorprendiendo cuando veo cómo avanza la historia desarrollada en la ficticia Villa Ruiseñor.
Finalmente me doy toda esta vuelta para señalar que ahí sí que Perdona Nuestros Pecados se asemejará a GOT, al menos para mí: soy inmune a los spoiler. Y porque María Elsa será para mí, lo que para ustedes es Daenerys. Digan lo que digan. Así que chao, pescao.
*Las opiniones vertidas aquí no representan necesariamente el pensamiento de Publimetro