Asiya Bibi hacia algunas semanas había sido obligada a casarse, como es costumbre en varios países asiáticos. La mujer estaba enamorada de otro hombre y luchó hasta el final para evitar el matrimonio acordado.
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Bibi, tras ser casada, se refugió en la casa de sus padres por lo infeliz que era, pero fue obligada a regresar a su domicilio en la localidad de Valvati, provincia de Punyab, Pakistán, para que conviviera con su marido.
Tal fue la impotencia de la mujer que optó por una medida radical: envenenar a su marido y así poner fin a su tortura. Según relata la policía local, fue su amante el que le entregó el veneno para que materializada su siniestro plan.
Bibi envenenó una jarra de leche que debía tomar su marido, pero todo se salió de control. El esposo no tomó la leche, en cambio, la suegra la ocupó para hacer lassi, una bebida típica de la zona que se elabora en base a yogurt. Fue así como el veneno fue consumido por 27 personas, de las cuales 13 fallecieron y las otras 14 luchan por su vida. Entre los muertos figura el marido de Asiya, según Asia One.