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Las viviendas de la Unión Soviética que revolucionaron Chile y que siguen de pie

Son casas prefabricadas que reciben el nombre de KPD, empresa que operó en el país por diez años desde 1972. Son departamentos de 70 metros cuadrados que destacan por su resistencia.

(SGF)

Era 7 de noviembre de 1917 y cientos de bolcheviques, la mayoría sin vivienda, se tomaron el Palacio de Invierno donde antes vivían los zares. La revolución rusa allanaba el camino para el nacimiento de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS).

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Sesenta y cinco años después, los soviéticos ofrecieron casas a otros que las necesitaban: chilenos que en 1971 vivieron un devastador terremoto. Regalaron a Salvador Allende una fábrica de paneles de hormigón, similares a «legos» de cemento. Recibió el nombre KPD, porque era la sigla en ruso de Edificación con Grandes Paneles.  Fue al año siguiente en Quilpué, Región de Valparaíso, cuando comenzó a operar, construyendo viviendas sociales prefabricadas.

«Era una época de compañerismo, la gente pensaba de otra manera. Nos juntábamos acá con los vecinos en las tardes. Al frente había un potrero y, para usarlo, juntábamos plata para emparejar el terreno. Ahí  jugábamos fútbol», recuerda Samuel Guzmán Sandoval (87). Sus memorias se remontan a principios de 1973, cuando se convirtió en uno de los propietarios de una casa prefabricada de origen soviético por la que pagó mil UF, o bien $520 mil al cambio de la época.

Casas de nivel mundial

Guzmán Sandoval (87), propietario

Don Samuel aclara que no es comunista, ni de ningún partido. Declara que ama su barrio, que recibe el nombre no oficial de «Los Rosados». Está ubicado en Quilín esquina Castillo Urízar en Ñuñoa. No es el único tipo KPD en Chile: también hay uno en Vital Apoquindo con General Blanche, en Las Condes. En Valparaíso se encuentran en Quilpué y en Viña del Mar. En total, se construyeron 153 edificios con cientos de departamentos, todos amplios, resistentes y de gran calidad.

«Durante la segunda mitad del siglo XX, en el mundo se desarrollaron 5 billones de metros cuadrados con este sistema en 30 países», cuenta a Publimetro el arquitecto Pedro Alonso. Él, junto a Hugo Palmarola, restauró un hormigón de la fábrica KPD firmado por Salvador Allende que, desde el viernes 3 de noviembre, está en exhibición en el Museo de la Memoria.

El especialista explica que, debido a lo beneficioso de construir de esa manera, los militares siguieron usando la fábrica hasta 1979.

«Se dieron cuenta que era valiosa, capaz de producir y pusieron un almirante. Hasta hicieron unos en Viña del Mar y no eran viviendas sociales, eran casas de vacaciones».

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Para quitarle lo soviético, los militares le cambiaron el nombre por VEP, sigla de Viviendas Económicas Prefabricadas. Lo que ocurrió después es historia: desapareció.

Quieren mantenerla

Gladys Navarro (60) abrió las puertas de su casa a Publimetro. Según ella, se siente orgullosa de tener un departamento amplio, con tres habitaciones. Dice que son aproximadamente 70 metros cuadrados y que no quiere irse de ahí jamás. «Nunca voy a encontrar uno igual», reconoce con orgullo.

Algo similar es lo que piensa Ana María Jiménez (57). «Los edificios son de muy buena calidad. Nos cuesta mucho hacer un hoyo en la pared, tenemos que tener un rotomartillo para agujerearlo», destaca.

Su hija, Ana Muñoz (32) recuerda el barrio con nostalgia porque jugaba de niña con sus vecinos. Ella destaca la calidad de la edificación. «La resistencia que tuvieron en el terremoto es impresionante», precisa.

Pero esa no es la única fortaleza que tienen. A 100 años de la revolución rusa, estos departamentos siguen de pie: siguen resistiendo.

 

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