A pesar de la preocupación, el público vuelve a acudir a la sala de espectáculos parisina Bataclan, dos años después de los atentados yihadistas del 13 de noviembre que marcaron para siempre ese lugar.
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El espacio regresó simbólicamente a la vida con un concierto de la estrella británica Sting el 12 de noviembre de 2016, en la víspera del primer aniversario de los ataques que dejaron 130 muertos en París, 90 de ellos en la sala Bataclan.
En el primer trimestre de 2017, hemos tenido un número de espectáculos muy inferior al de un primer trimestre clásico”, explica, aunque esos resultados no reflejan la percepción actual de la sala, ya que un evento “se decide con seis, nueve o 12 meses de antelación”.
Los meses que siguieron la reapertura fueron bastantes difíciles en cuanto a programación, recuerda el codirector de la sala, Jules Frutos, aunque “las cosas se han ido restableciendo poco a poco”.
“En el primer trimestre de 2017, hemos tenido un número de espectáculos muy inferior al de un primer trimestre clásico”, explica, aunque esos resultados no reflejan la percepción actual de la sala, ya que un evento “se decide con seis, nueve o 12 meses de antelación”.
Al final, en los últimos 12 meses, el número de espectáculos organizados cayó en cerca del 20%. Pero la tasa de ocupación, del 90%, es “muy satisfactoria”, asegura Frutos.
Mientras la sala Bataclan terminaba su reconstrucción, la competencia, que ya era fuerte, creció con las reaperturas del Elysée Montmartre y de la Sala Pleyel en septiembre de 2016.
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“La oferta es más importante, el contexto económico es muy tenso. Pero está bien, eso nos obliga a reaccionar”, afirma.
“Nuestra preocupación es el público”
La reacción de los artistas ha sido muy distinta tras el atentado, asegura el codirector. Unos desean actuar ahí y se lo toman como un gesto militante, mientras que otros reconocen que ya no podrán ofrecer un espectáculo en el Bataclan después de lo ocurrido. “Pero lo más importante es el público”, indica.
Temíamos un bloqueo. Queríamos ver cómo se comportaría el público, si se sentiría a gusto… Ahora ya no tememos eso, aunque dramas como el atentado de Mánchester (durante un concierto de Ariana Grande) puedan hacer pensar en lo que nos ocurrió a nosotros”, cuenta Frutos.
“Temíamos un bloqueo. Queríamos ver cómo se comportaría el público, si se sentiría a gusto… Ahora ya no tememos eso, aunque dramas como el atentado de Mánchester (durante un concierto de Ariana Grande) puedan hacer pensar en lo que nos ocurrió a nosotros”, cuenta Frutos.
La protección policial es permanente alrededor de la sala desde su reapertura. “Formamos parte de los lugares sensibles para los que se moviliza a los agentes”, explica el codirector. “Hemos hablado mucho con la policía para que su dispositivo sea menos visible que al principio”.
Respecto a los espectáculos, se confirma una vuelta a la normalidad con unos 50 eventos programados para el primer trimestre de 2018, una buena media, según Frutos. afp
