Pasado el mediodía, uno de los dos buses eléctricos del Transantiago iniciaba su marcha partiendo desde Paseo Bulnes en dirección a Maipú. Arriba de la máquina iban la ministra de Transportes, Paola Tapia, el Humberto Franchini, Gerente de Operaciones de Metbus y representantes de la marca china BYD. Estos últimos no hablaban ni una gota de español y, al parecer, tampoco habían tenido la experiencia de viajar en micro.
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El bus, conducido por Marcelo Reyes se detuvo por primera vez para recoger pasajeros en el paradero de Alameda con Amunátegui. El primero que abordó la máquina fue uno que no pagó su pasaje: era un vendedor de helados que le pedió permiso al chofer y que, sin notar que era eléctrico, comenzó a promocionar su producto.
«Helado, helado», vociferó Ricardo Quintanilla (54). Pero no alcanzó a llegar ni siquiera a la mitad de la máquina cuando se encontró con periodistas de televisión, que a buenas y a primeras, lo taparon a preguntas respecto a qué le parecía esta micro 100% eléctrica.
Chinos lo amaron
Luego que el minuto de fama se agotó, todavía arriba de la micro don Ricardo notó que, en el primer asiento tras la puerta estaba la ministra Tapia. Como sus helados no se venden solos, volvió a promocionarlos provocando la curiosidad de los representantes de la marca de la micro.
De esta forma, uno de los mandamás de la marca BYD sacó su celular y comenzó a grabarlo. Detrás de la pantalla, el visitante oriental se reía de la situación. La ministra Tapia, por su parte, sólo lo miraba y respondía las preguntas de otro periodista que la entrevistaba sin hacer caso del hecho.
No le teme a la tecnología
En conversación con Publimetro, el vendedor de helados aseguró que se maravilló con el moderno bus. «No se siente ni ruido, es buena máquina, suavecito», reflexionó.
«Ojalá que la gente las cuide, que no la destrocen porque a todos nos sirven», advirtió el hombre que sabe de máquinas.
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«Hay muchas diferencias, yo he tomado otras micros y los fieros para tomarse, por ejemplo, van todos chuecos o uno no los alcanza, más encima que son micros que se mueven harto», fue lo que ubicó su ojo experto en estas materias. «Ahora, uno se va ir afirmando con más facilidad», agregó.
Por último, también declaró no tenerle miedo a la tecnología, sobre todo por el aire acondicionado. «No, me molesta. Que esté fresquito no es competencia porque el helado tiene sabor, el aire no. Además, si la micro está así, los helados van a estar más duros y no derretidos», bromeó antes de bajarse.