La vieja costumbre de criticar a los contrincantes no fue abandonada por los candidatos presidenciales, que han aprovechado cada aparición pública para mandarse mensajes entre ellos. No obstante, por mucho que peleen, hay un punto en el que han llegado a un consenso: todos invitan a los ciudadanos a votar.
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En las elecciones municipales del año pasado se registró la más baja participación electoral desde el regreso de la democracia, con un 65% de la abstención. Para ser más claros: de los 14 millones habilitados para emitir su voto, sólo 4,9 millones sufragaron.
Para evitar ese mismo panorama el próximo 19 de noviembre, el Gobierno gastó $500 millones en la campaña «no te restes, súmate», que motivaba a emitir el voto. Pero la proyección de los especialistas sigue siendo poco ventajosa.
«No creo que supere el 40 al 45% de participación», indica a Publimetro Guillermo Holzmann, magíster en Ciencias Políticas.
El abogado especialista en Justicia Constitucional, José Ignacio Núñez es un poco más optimista. «Creo que será cercana a la presidencial anterior, es decir, un 49%».
Menos de la mitad del país
El padrón electoral es, al menos, 3 millones menos que la cantidad de chilenos. Por lo tanto, que vote sólo el 40% implica que será mucho menos de la mitad del país quien elegirá a los rostros de la Cámara, el Senado y la Presidencia del país. ¿Puede declararse inválida por baja convocatoria?
«La Constitución no establece un mínimo de sufragios para validar una elección», explica Núñez, quien además es profesor de la Universidad Católica.
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Holzmann, por su parte, es aún más específico: «Aunque voten tres, el que gana la Presidencia es quien consiga la mayoría, independiente de la cantidad de votos».
¿Cuál es son las razones de la abstención? Núñez afirma que este escenario «es un resultado no previsto en aquella reforma que estableció el voto voluntario», mientras que Holzmann asegura que «los niveles de abstención han ido aumentando por una apatía en contra la clase política en general».
Panorama internacional
En Sudamérica, además de Chile, sólo Colombia tiene voto voluntario y el panorama no es tan distinto. En las últimas elecciones presidenciales, de los 33 millones habilitados para votar, solo un 20 se presentó en las urnas. Esto representó un 59,93% de abstención. ¿Qué ocurre?
El profesor Holzmann asegura que es una tendencia mundial. «En Argentina, por ejemplo, que se ve un país más politizado, si las votaciones fuera voluntarias, el escenario sería similar».
«El gran problema de no ir a votar es que los que se benefician son una minoría, pues sus propuestas terminan siendo más importantes que otras», sentencia el profesor.